Mientras ya supera las 1000 designaciones de funcionarios, nombrando incluso en la pandemia, la gestión Bordet “hambrea” a los trabajadores recortando un beneficio que desde hace al menos 7 años forma parte de sus haberes, ahora no superan la línea de la pobreza
Una pelea de trabajadores contra trabajadores, pobres contra pobres, asalariados contra asalariados es lo que viene intentando imponer –muchas veces con éxito- la actual gestión provincial conducida por Gustavo Bordet.
En único objetivo, el mantener a salvo la gestión.
Sin embargo, las últimas medidas económicas tomadas han permitido que se caigan las caretas, blanqueando que el ajuste atroz ya está en marcha y los empleados estatales son los únicos perjudicados.
La semana pasada este Portal exponía que la verdadera pandemia, a los que la gente o más precisamente los trabajadores públicos provinciales le debía tener temor realmente, era al recorte de los derechos laborales que implementaría el gobernador.
“Bordetvirus” fue el término acuñado por este Portal para reflejar el ajuste que empezaba en la provincia contra los estatales, insistimos, por ahora los únicos “hambreados” por la gestión gubernamental.
El ajuste empezó con las horas extras, denotando la habilidad para la maniobra bordetista para disminuir los ingresos mensuales de sus propios trabajadores.
La táctica oficialista fue pergeñada sin lugar a dudas por aquel sector del gobierno que suele encontrar el vericueto legal para hacerlo, con un fundamento más, la legitimación social.
Hoy todos los trabajadores privados e incluso los públicos municipales o nacionales de la provincia, ven con muy buenos ojos que la Provincia recorte las extras si los trabajadores no están concurriendo a sus puestos de trabajo por la pandemia.
Y es que resulta lógico que, si el trabajador esta en aislamiento y, consecuentemente, está imposibilitado de asistir a la oficina, es técnicamente inviable que pueda realizar horas suplementarias.
La pandemia, el COVID-19, para muchos una desgracia, no lo fue para el Gobierno provincial, ya que le permitió poner manos a la obra a un ajuste atroz al trabajador.
Pero, lo que tiene que saber el lector, es que las horas extras para el Ejecutivo Provincial de Entre Ríos hace tiempo dejaron de ser tales, ya no son más tiempos suplementarios de trabajo que deben ser remunerados, al menos en el ámbito de la administración central.
Desde hace al menos 7 años, el Gobierno provincial las ha desnaturalizado permitiéndole el otorgamiento de las mismas, ocultar “el negreo” o en palabras más refinadas, la precarización laboral de cientos y cientos de estatales.
La situación es gravísima, y se viene perpetuando en el tiempo, acentuándose la irregularidad en esta gestión.
Más allá de los números oficiales, que reflejan una falacia, lo cierto es que los estatales provinciales son los peores pagos del país.
Desde que asumió Bordet, los aumentos de sueldos han sido ínfimos, miserables, propios de una gestión que ha priorizado el despilfarro y los privilegios para funcionarios y empresarios
Las extras le han permitido al Gobierno difundir que sus trabajadores tienen sueldos por arriba de la línea de la pobreza.
Su recorte, dispuesto hace una semana, blanqueó esta situación de precarización laboral y dejó una sentencia, el Estado entrerriano lidera el ranking del negreo laboral.
Hoy, los trabajadores afectados por la medida bordetista, sin las extras, no llegan ni por asomo a acercarse al precio de la canasta básica familiar que actualmente supera los 40 mil pesos.
Y las extras, desde la última gestión de Urribarri y luego en las de Bordet. forman parte del sueldo, del ingreso habitual y normal que perciben los trabajadores.
No es el único dato relevante, sino que asimismo las horas extras son pasibles, como el salario, de descuentos, en el caso de los empleados públicos con el ítem “ley 4035”.
Los más afectados, como sucede siempre con las medidas neoliberales y antipopulares, son los sueldos de los trabajadores de menores categorías, los más necesitados.
El Portal accedió a un recibo de sueldo, no es de los más bajos, ya que se trata, como se ve en el ítem de “responsabilidad profesional”, de un estatal profesional liberal.
En el ejemplo, la persona referida, profesional, con extras, gana en mano $35.860,15, siendo el ítems “cuota IAPV” el único que no es descuento de ley, es decir, no obligatorio, sino por un crédito habitacional voluntario.
Si le sumamos dicho descuento, la suma en mano es de $43.558,14 con extras.
Con el recorte total de las horas, según figura en su recibo $12.498,75, el líquido a pagar es de $31.059,39, como se puede apreciar, muy lejos de trasvasar la línea de la pobreza.
Insistimos, se trata de un estatal profesional, influyendo dicha calidad tanto en el sueldo con el código “12” como en el “precio” de la hora extra.
Existen haberes aún más bajos incluso con extras que el Estado conducido por Bordet ajusta, sacándole 2000 pesos que, desde hace 7 años, percibía en este concepto de extras, aunque con la definición dada por el gobierno, esto es aumentos encubiertos.
Para colmo los trabajadores la perciben a dos meses vencidos. Es decir, recién con el sueldo del mes de abril los trabajadores verán ese plus salarial -hoy tan necesario -de las extras ya trabajadas en marzo.
A lo mejor para los funcionarios públicos estos 2000 pesos sean un vuelto, una propina en cualquier café o bar, para estos trabajadores la suma es trascendental para pagar por ejemplo la factura de la luz o el gas.
Es recibo es un ejemplo de cientos de estatales provinciales que desde hace al menos 7 años, todos los meses, han cobrado sus haberes con extras, pero no porque accedieran al beneficio como un plus, sino porque el Estado ha escondido u ocultado con su otorgamiento, que la gran mayoría de su planta de trabajadores, por la incapacidad de la gestión y, fundamentalmente, por el despilfarro constante, es pobre.
Ahora, a la habitualidad de mantenerlos precarizados con sueldos en blanco bajo la línea de la pobreza y extras en concepto de aumentos en negro, con connivencia de los gremios que se han convertido en asociaciones con fines de lucro, la decisión del gobernador es ajustarlos.
Un ajuste descomunal, con familias entera que ya no sabrán como afrontaran ni siquiera el alquiler y alevoso, de manera baja, vil, escondiéndose en el argumento de la pandemia.
Mientras recorta y ajusta terriblemente a sus trabajadores, a los que menos cobran, Bordet no para de crear cargos políticos y designar amigos, familiares y afines al poder, suyo o de sus amigos, parientes o afines.
Ni la pandemia ni el aislamiento le han impedido al mandatario echar mano al pago de compromisos sociales o políticos, nombrando funcionarios.
Cargos que por el aislamiento ni siquiera han asumido pero sin embargo ya cobran, el vicepresidente de vialidad, designado en plena pandemia, es un buen ejemplo.
Recorte a los trabajadores y designaciones y privilegios para los funcionarios, un contraste terrible.
Los datos a los que accedió este medio indican que Bordet ya lleva más de 1000 funcionarios designados, cifra que duplica a su antecesor, Urribarri, y triplica al anterior Busti.
Las estadísticas son lapidarias, la provincia de Entre Ríos tiene 5 veces as funcionarios que Provincias como Santa Fe y Córdoba, estados que superan ampliamente al nuestro en cantidad de habitantes.
El fundamento formal del Gobierno provincial, para esquilmar los bolsillos de los trabajadores públicos no es otra que la pandemia, sin embargo el descalabro financiero es sabido por todos no proviene del coronavirus.
En la Provincia de Entre Ríos se desconoce a la fecha cuales fueron los insumos de salud y demás elementos para enfrentar una pandemia, es más, las sospechas es que no se ha adquirido absolutamente nada o las compras han sido ínfimas.
El descalabro, la crisis economía y su consecuente recorte, es exclusiva responsabilidad de Bordet y del constate despilfarro de los recursos estatales que han ejercido el mandatario y sus funcionarios durante estos años.
Ningún gobernador peronista, a pesar de las irregularidades y medidas polémicas habidas, luego del retorno de la democracia, salvo Mario Armando Moine, se había animado ni siquiera a pensar, más allá de la magnitud de crisis económica de los periodos en donde gobernaron, en apretar los bolsillos de los trabajadores.
Y es que la historia del peronismo, sus luchas, sus banderas, el legado de sus máximos exponentes o referentes, tornan incongruente cualquier medida de ajuste.
La contradicción de Bordet con las premisas peronistas ya no le provoca sorpresa a nadie debido a sus estrechos vínculos con uno de los ministros del gobierno nacional de Mauricio Macri calificado por el propio peronismo de “neoliberal”.
Tampoco es llamativa la connivencia de los dos gremios más populosos de los estatales provinciales.
Para la actual gestión han guardado un frío y cómplice en cada una de las medidas que han afectado los bolsillos de los trabajadores.
Bordet, le guste a quien le guste, y más allá de las defensas mediáticas en partes de prensa orquestados por el propio Gobierno provincial que se adjudican a legisladores de cuna peronista, está enteramente emparentado con el macrismo.
Sin embargo, “Bordet lo hizo”, y hoy cientos y cientos de trabajadores padecen la desidia, la incompetencia, la ineptitud de un Gobierno que sigue priorizando el despilfarro y los privilegios para un grupo selecto de funcionarios y empresarios.
El malestar en los empleados público es in-medible, ya no le temen al COVID-19, su principal preocupación proviene de las medidas de ajuste que empezó Bordet porque desconocen hasta donde será capaz de llegar..
Un terror colectivo en la administración por esta fabrica de nuevos pobres que emprendió el mandatario provincial.


2 comentarios
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[…] Las horas extras, la herramienta del Gobierno para el “negreo” laboral […]