Editorial Programa “De Frente”.
A poco más de 40 días para las elecciones se desnudan desinteligencias y cortocircuitos internos; Para empezar, a Julio Solanas algunos de sus funcionarios le estarían erosionando la gestión en el Municipio (tal parece que tiene enemigos adentro) aunque para muchos esto no es ninguna novedad.
Pero la verdadera primicia es la que ocurrió en el seno del Gobierno Provincial que hasta aquí se mantenía más o menos prolijito; Allí se sucedió el primer enfrentamiento entre el Bustismo y el Urribarrismo, decimos “el primer”, pero deberíamos decir:“el primero que trasciende”.
Todo parece indiciar que se dividieron las aguas entre los que están con el Gobernador y los que apuestan a su candidato. Tal es así que Busti tuvo que acelerar el regreso de sus vacaciones en Brasil por diferencias con Urribarri, y en el encuentro de hoy por la mañana se desnudaron los primeros cortocircuitos visibles, porque si existían, hasta ahora se encontraban tapados.
El Gobernador está molesto y enojado por la forma en que su candidato está llevando adelante la campaña, y ya dejó en claro que no quiere que se resalte lo hecho por este Gobierno sino que se hable de cosas que se van a hacer. Más allá de que por ahí se use como muletilla la palabra “continuidad”, en la práctica parece que la estrategia es mostrar otra cosa, algo nuevo, distanciarse de lo hecho por Busti, cortar el cordón umbilical. Y desde el seno del Bustismo y de la corriente Evita se considera que esta táctica puede ser letal para las aspiraciones del Ministro Urribarri. Tal parece que desde el Gobierno se considera que el camino tomando por el candidato no es bueno y hasta incluso equivocado, más allá que la campaña del Ministro haga hincapié en la importancia de “seguir en el camino”.
Muy molesto, Busti no trató de disimular su enojo frente a Urribarri y a quienes lo acompañan y están encuadrados con el candidato, pero el enfado era especialmente para los que llevan al frente la estrategia de campaña. Esto quedó demostrado hoy con el temprano regreso de las vacaciones del Gobernador, pero también en la cara de bronca y de fastidio que este tenía en la reunión de gabinete. Busti dejó en claro ante sus referentes que se encontraba mal debido a la forma de conducirse del Urribarrismo, y de esta manera pareció que le sacaba la escalera al candidato ante todos sus leales. La conclusión de una reunión de gabinete llevada adelante con cara de pocos amigos, fue una toma de distancia de todo aquello que no tenga que ver con la actual gestión, de todo aquello que no respete el liderazgo de Busti, quien parece estar diciendo: “El jefe soy yo, el que no está conmigo está en mi contra”.
A poco más de 40 días de la elecciones, se desnuda un inesperado y llamativo cortocircuito con varias lecturas posibles.
En definitiva, como dijera aquel viejo refrán: Cuando el río suena, agua lleva.
Ricardo David.