“Me voy pero con los bolsillos llenos”
El dirigente, que ingresó de la mano de la política, presentó una demanda por 250000 pesos al Estado; reclama hasta las vacaciones que no se tomó.
Sergio Carlín ingresó con un cargo político al directorio del Instituto del Seguro en el año 2005, luego de que Rubén Zapata fuera reemplazado de la presidencia del mismo.
El cargo de director no le era extraño al dirigente de la Histórica, que en los 90 ya había sido director político de la institución durante unos años, hasta que tuvo que irse con el cambio de gobierno.
Volvió al Seguro en 2005, como vocal. En 2007 dejó ese cargo y pasó a ser gerente general, pero hace apenas un mes fue desplazado para que Fernández, ex concejal de Gualeguaychú ocupara su lugar.
A Carlín, que proviene de una familia que ha ocupado distintos cargos en lo político, como senadores, convencionales constituyentes y jueces, le jugó una mala pasada la interna por la intendencia de Basavilbaso, en la que su hermano Miguel aspiraba a la vicepresidencia municipal.
Sin embargo, esa lista cayó ante la otra representante del FJPV, encabezada por Perla Battilana. Según comentan los mentideros, esa derrota habría sido un duro golpe para los Carlín, que en las elecciones generales habrían jugado para atrás, permitiendo que el bustismo lograra la intendencia de Basavilbaso.
Esa movida le costó caro a Carlín, ya que se comenta que por eso fue desplazado del Seguro, en donde siempre había ocupado cargos políticos, y no ingresó nunca por concurso.
Después de esto, Carlín demanda al Estado porque sostiene que, como gerente general, le corresponde desde 2007 hasta hoy una indemnización de 250.000 pesos.
Lo que reclama es un salario por año desde 2007 a la fecha, un mes de preaviso y las vacaciones que nunca tomó. Con respecto a esto, los mentideros comentan que por picardía, Carlín habría usado la artimaña de pedir licencia los días previos y posteriores a los fines de semana largo, pero dejando intactas sus vacaciones.
Se rumorea que desde el sector oficial le realizaron una contraoferta de 100.000 pesos, pero los mentideros afirman que los abogados de Carlín no la aceptarían, porque aspiran a lograr una suma más alta.
Los mismos mentideros sostienen que Carlín, alguna vez, al ingresar al Instituto del Seguro habría jurado que jamás demandaría al Estado para sacarle un peso, ya que él era un hombre de la política que había ingresado por esa vía.
Más allá de si lo dijo o no, hoy la historia es otra. Lo concreto es que Carlín no se querría ir con las manos vacías, es más, pretendería marcharse con los bolsillos llenos, generando con esta actitud una mala imagen de la clase política.