Una rara estrategia.
Igual que en 2001, cuando Graciela Bar encabezaba la lista de candidatos a senadores nacionales y, vaya casualidad, Jorge Busti la secundaba en la misma, pero al final,,.
Si uno toma como referencia elecciones anteriores del justicialismo, la conformación de listas y encabezamientos, se verá que por ejemplo en la última para diputados provinciales en 2007, Jorge Busti encabezaba la lista 2 del PJ y el diputado Hugo Berthet lo hacía por la lista 100.
Vaya casualidad, hoy Berthet acompaña a Busti en esa mesa chica del PJ donde se están definiendo muchas cosas internas dentro del partido.
Entre ellas, la lista de candidatos a diputados nacionales.
Lo que llama la atención es que en la conformación de ésta, la diputada Cristina Cremer que es considerada por muchos como la candidata tapada, la sorpresa, y nadie duda que es la principal electora de la lista, no la encabece sino que ocupe el segundo lugar, mientras el primero queda para el Dr. Raúl Barrandeguy, cuya inclusión desató duros conflictos en el mismo seno del justicialismo, principalmente de Paraná y que para muchos es una incógnita de la mano de quién llegó a integrar la lista, si de Busti, de Urribarri o de Solanas (Ver aparte).
En las elecciones de 2007 ni Busti ni Berthet fueron en el décimo sexto lugar de la lista de diputados para desde atrás empujar y garantizar el triunfo de sus respectivas listas, sino que hicieron todo lo contrario ya que los dos encabezaban. Porque entendían (más allá de asegurarse protagonismo) que el efecto arrastre es el que funciona, no el empuje. El ABC de la política. Es decir que el caballo arrastraba el carro; al PJ no le convenía que Busti empujara la lista, sino que la arrastrara detrás de sí.
Busti arrastrando el carro de los diputados de la lista 2 y Berthet arrastrando el carro de la lista 100.
Hoy llamativamente Busti, y Berthet que lo acompaña en las decisiones de la mesa chica, invirtieron las decisiones, vaya a saber por qué, y pusieron el carro delante del caballo, como si el empuje fuera mucho más fuerte que el arrastre.
“La imaginación está hecha de convenciones de la memoria, si uno no tuviera memoria, no podría imaginar”.