Los coletazos del culebrón.
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El presidente del IAPV Julio César Aldaz no sabría como acomodar su traste en el sillón después de que tomara estado público el escándalo de viviendas en Concordia, el que parecía un simple tema administrativo que debía quedar encerrado entre las paredes del IAPV.
Se convirtió en un escándalo político porque en el mismo estarían involucrados un familiar de Cristina Salas, una de las referentes de la Agrupación Evita en Concordia y secretaria de Jorge Busti en la Cámara de Diputados; y a una funcionaria del IAPV, hija de Juan Carlos Romero, ex secretario privado de Busti cuando era gobernador y su hombre de confianza aunque dicen que ahora despechado estaría por tomar nuevos rumbos.
Al tomar estado público este culebrón, el hombre habría pedido los expedientes y viajaría a Concordia para tratar de calmar las aguas y bajar los decibeles de este terrible lío en que se ha envuelto el IAPV.
Según comentan los mentideros de este organismo, Aldaz estaría aterrorizado por los escraches, y más teniendo en cuenta que Cristina Salas es la presidenta de la Agrupación Evita en Concordia y maneja uno de los brazos sociales de Busti en la zona. Aldaz tendría miedo de que al ir a esa ciudad a inaugurar viviendas lo escrachen, y del ridículo es difícil volver.
