La fiestita de Aldaz con el mejor servicio.
Las autoridades más importantes de la provincia le dieron la espalda y no asistieron a pesar de las invitaciones: ni el gobernador, ni Lauritto que es su padrino político, ni los ministros, ni ningún funcionario provincial.
En uno de los momentos más críticos que padece el pueblo entrerriano, casi la mitad de la provincia está inundada, una de las zonas más afectadas es Concordia de donde son el gobernador Urribarri y el presidente de la Cámara de Diputados Jorge Busti. Allí miles de familias tienen sus casas bajo agua y han sido alojadas en centros de evacuados, donde quizás se deban conformar con compartir el mismo baño con más de 40 personas y que el gobernador cocine para ellos en el centro de evacuados y el que el ex gobernador recorra en canoa la zona, más allá de la pelea que tengan entre ellos.
Anoche se vivió la otra provincia, aquella a la que no le afecta la inundación ni los problemas, dándole rienda suelta a los festejos y la algarabía.
La misma se vio en Costa Alta, uno de los mejores lugares para realizar fiestas en Paraná, que no está al alcance de cualquiera por su costo, por las comodidades que brinda, que no se puede comparar con los lugares donde se refugian los evacuados.
La diferencia con el centro de evacuados es que el gobernador cocinaba estofado de pollo que compartía con la gente, mientras que aquí lo hizo uno de los mejores servicios gastronómicos como es el de Raquel Oviedo, con una recepción de bocaditos fríos y calientes; mollejitas, chorizos y morcillas; asado con guarniciones y helados decorados.
Todo abundantemente regado con vinos López, cervezas y gaseosas de primera marca, además del brindis con champagne (no había vino en damajuana).
Y como fondo este año no sonaron Los Palmeras, ni Ricardo Montaner ni Ricardo Arjona a pesar de los esfuerzos para contratarlos (según los mentideros) como lo habría pedido una femenina allegada a una de las autoridades del IAPV, sino que habrían sido los grupos musicales “Viejo Long Play”, “Qué ternura”, y DJ Gero.
Y como cierre de la noche, se habrían sorteado tres equipos de aire acondicionado y cinco pantallas LCD para PC.
Una fiesta que se realizó con bombos y platillos mientras todos los sectores internos del justicialismo suspendían todas las actividades para solidarizarse con el dolor que está padeciendo la mitad del pueblo entrerriano. Llamó la atención que quienes construyen casas, no sean solidarios con quienes han perdido las suyas por la inundación.
Pero la asistencia a la fiesta fue limitada. No solamente gran parte del personal del IAPV no asistió.
Sino que también le dieron la espalda todos los funcionarios provinciales, incluido su padrino político el vice gobernador Eduardo Lauritto; como que nadie quiso quedar pegado. Ni los legisladores que le otorgaron los 300 millones para hacer las casitas aparecieron, principalmente los de Paraná como Cáceres y Gaitán.
Mientras la mitad de la provincia está inundada, a Costa Alta no llegó el agua, uno de los lugares más caros y exclusivos de Paraná.
En definitiva, como dijera aquel rey francés: «Después de mi, el Diluvio».