Duro de aflojar 1
En Diputados nadie pasa los 30, siguiendo la línea de Urribarri, y los viejos rezongan.
El diputado Diego Lara, fiel a la costumbre y como suelen hacer los flamantes legisladores, buscó un departamento para vivir en la capital provincial por los próximos cuatro años.
Encontró uno en calle Alameda de la Federación, ex Rivadavia, y decidió realizarle arreglos que rondan los 30 mil pesos.
Lara recurrió al presidente de la Cámara, que es quien maneja los fondos, para costear los gastos pero José Allende se negó rotundamente, como también habría rechazado otros reclamos.
El ex intendente de María Grande protestó y pataleó, dijo que en otros tiempos se hacía así, pero Allende se mantuvo inalterable.
Para llegar a la presidencia de la Cámara, Allende fue duro de matar, emulando de excelente manera a Bruce Willis, ya que no pudieron con él Busti y otros diputados del departamento Paraná.
Incluso corrieron nombres de ex intendentes y hasta del propio Lauritto para presidir el recinto, pero Allende logró prevalecer.
Ya con el traje de presidente bien puesto, el diputado ahora es duro de aflojar, ya que se mantiene inmutable ante los reclamos de otros legisladores que pretenden solventar sus gastos con dinero de la Cámara, pero Allende les dice que no a todos los que pasan.
Es más, para dejar en claro su postura y como se usa en las carnicerías y almacenes de barrio, Allende habría colgado en la puerta de su despacho un cartel que dice “hoy no, vení mañana”.
El letrero está allí todos los días, firme ante todos los reclamos, ya que el caso de Lara no es el único.
La Cámara, bajo la presidencia de Allende, sigue la línea de Urribarri, cuyo segundo mandato se ha caracterizado por la impronta de dirigentes jóvenes, bajo la consigna de que nadie supere los 30 pero con la diferencia de que esta vez los 30 no se refieren a la edad, y los viejos están a las puteadas.
Los mentideros sostienen que cuando Lara fue a hacer su reclamo ante el presidente de la Cámara, Allende marcó con voz firme que allí se sigue esa tendencia de estar por debajo del 30. Lara preguntó qué hacía él, que supera ese número, pero deberá arreglarse solo: Allende, que ayer era duro de matar, hoy es duro de aflojar.
En definitiva, como dijera un filósofo: “dinero de sacristán, cantando vienen, cantando se van”.