En un predio de Vialidad y con desvío del dinero enviado al organismo, en Tala se construyó un salón para SOEVER y OSPA vial.

Ahora se alquila como salón de fiesta

Una bomba a punto de estallar es el tema de la DPV y sus zonales, una cadena de corrupción que salió a la luz luego de las gravísimas denuncias y cuestionamientos por el estado de las rutas y caminos provinciales.

Una nueva denuncia proveniente de Tala y que involucra a la zonal vial de dicha localidad muestra la tan marcada corrupción estructural que está instalada en el estado y que no se ha podido erradicar, una penosa realidad que no sería ajena al resto de las zonales.

Una bomba a punto de estallar es el tema de Vialidad en la Provincia, una cadena de corrupción que salió a la luz luego de las gravísimas denuncias y cuestionamientos por el estado de las rutas y caminos provinciales

Un hecho gravísimo en donde también está involucrado el sindicato de trabajadores viales SOEVER y la obra social de los mismos OSPA VIAL, ambos presididos por Juan Carlos Lallana, ambos como institutos beneficiarios de una maniobra millonaria.

Según la denuncia, en los últimos años, en un predio de la Dirección Provincial de Vialidad, se construyó un salón en las intersecciones de calles 9 de Julio y Rebagliati de la ciudad de Rosario de Tala, un amplio espacio donde actualmente funcionan OSPA VIAL y SOEVER, utilizándose para ellos fondos del organismo estatal.

Una gravísima irregularidad que deberá ser investigada por la justicia ya que de constatarse los funcionarios involucrados deberá dar explicaciones por la malversación no solo del dinero sino del inmueble pertenecientes al patrimonio de la provincia.

Una zonal que, según aquella denuncia, recibía mensualmente 1 millón de pesos, una cifra exorbitante que provenía de la Provincia, a través de la DPV, y que tenía como imputación únicamente los gastos generales de la zonal Tala, como lo son combustible, reparación de máquinas y proveedores, entre otros rubros.

Para tomar dimensión del dinero vale hacer una comparación, si bien obscena y burda, el hospital San Roque de dicha localidad, durante ese tiempo recibió mensualmente la suma de 80 mil pesos, cuando tiene la función fundamental de garantizar la salud de los todos talenses.

Sin embargo, a través de maniobras muy sospechosas de desmanejos de dichos fondos públicos, con el correr de los años comenzó a erigirse el inmueble para la obra social y el sindicato de los viales, para ala cual se habrían utilizado, agravando la irregularidad, el predio de propiedad de la DPV como también sus maquinarias para la construcción.

Una obra que costó la suma aproximada de 5 millones de pesos, la cual se habría extraído de aquellas sumas millonarias que mensualmente recibía la zonal, aunque, algunos comentan que parte de dicho monumental monto también fue destinado al propio peculio personal de los funcionarios.

Funcionarios estos que han incrementado sus patrimonios, tanto que sus gastos y nivel de vida no se condice en nada con los sueldos que perciben bajo recibo.

Maniobras que dejan en claro como la corrupción está instalada en el gobierno y que no han podido erradicar, un hecho que habla del manejo y desmanejo de fondos en los últimos 8 años en el organismo de los caminos y que, si bien hoy trasciende desde Tala, también se habrían suscitado en el resto de las 17 zonales distribuidas a lo largo y ancho de la provincia.

Zonales, todas estas, donde existió una constante a través de los últimos años, con la designación de sus funcionarios, todos ellos llegaron en virtud de arreglos que se cocinaban entre los miembros de la comisión directiva de SOEVER, todo estos a su vez funcionarios encargados de estudios, proyectos y construcciones, los altos popes del organismo provincial de los caminos.

Un hecho gravísimo el de Tala y que destapa sospechas de irregularidades e ilícitos a través de maniobras que perjudican enormemente al estado provincial, máxime en una localidad donde son habituales, lamentablemente, las críticas, quejas y reclamos sobre todo de los presidentes de juntas de gobierno por la precariedad de los caminos.

Una localidad donde se enviaba una enorme cantidad de presupuesto que oscilaba en el millón de pesos solamente para gastos de combustibles, proveedores y alguna reparación de máquinas y en donde lamentablemente no existía presupuesto para obras.

Agravándose la situación porque en vez de utilizarse el dinero para su fin se construyó un salón, que actualmente es alquilado para fiestas y eventos por el sindicato y la obra social.

Una denuncia que prendió la mecha de una bomba que está a punto de explotar, trascendiéndose que son varios los actuales funcionarios y ex funcionarios viales que están muy preocupados por las severas investigaciones administrativas y judiciales que se desataran y que nuevamente tienen como protagonista a Vialidad Provincial, aunque por ahora parece que se está poniendo el pie muy fuerte para que esto no se investigue.

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