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Al final, ni Allasina, ni Alasino
El rumor de la muerte del ex senador nacional provocó un gran dolor en sus allegados y reacciones inesperadas por la huérfana hacienda que dejaba el ex legislador.
Este fin de semana, en el departamento Concordia se produjo un confuso episodio que derivó en una cadena de llamados telefónicos que generó dolor y preocupación en la zona, ya que por unas horas varios creyeron que había fallecido el ex senador nacional Augusto Alasino.
Todo comenzó el sábado, cuando Sergio ‘Lobito’ Allasina fue detenido en Concordia y desde la policía salió un rumor que indicaba que el conocido capo narco había fallecido en la cárcel.
Esa supuesta muerte rápidamente se transformó el en comentario dentro del ambiente político de la ciudad, pero tanto se comentó que derivó en un teléfono roto con consecuencias inesperadas.
Al parecer, entre algunos de esos llamados, un carnicero de Concordia escuchó al pasar, entre el ruido de la calle y el trajín de la ciudad, que había fallecido “Alasino”, así, con “o” en vez de “a”.
El trabajador, sorprendido por lo que él creyó que era la noticia de la muerte del ex senador, velozmente comenzó a comentar la novedad a todos los que se acercaban al comercio e hizo algunos llamados para anoticiar a sus allegados.
Fue así que en medio de la confusión, el ‘Lobito’ Allasina resucitó de entre los muertos y el ‘Choclo’ Alasino pasó a estar entre la lista de finados célebres de la ciudad.
Así fue que el comentario llegó a los cuidadores del campo que tiene el ex senador en la zona de la localidad de Puerto Yeruá, quienes la recibieron con sorpresa y conmoción.
Comentan que uno de los peones se había mostrado asustado porque en la noche del viernes había visto “la luz mala” en el campo y en la mañana del sábado vio pasar un zorro por la estancia, animal que en el campo es tomado como de mal agüero, hechos que luego creyeron una señal que anticipaba la muerte del ex senador.
Pero, más allá del pesar por la muerte del ex senador, los peones se preocuparon por su futuro laboral, por lo que llamaron a una persona muy allegada a Augusto Alasino para determinar qué se podía hacer con las tierras y el ganado.
Quien recibió el llamado fue otro de los que acogió con sorpresa la inesperada noticia, pero rápidamente asoció la supuesta muerte del ex senador con sus intentos fallidos de comunicarse telefónicamente con él el día anterior, lo que otorgó más veracidad al rumor.
A pesar de la congoja inicial por el supuesto fallecimiento de su mentor, la preocupación se trasladó rápidamente a la hacienda huérfana que dejaba Alasino.
Por ese motivo, sin voz compungida, el hombre le pidió al peón que preparara de manera urgente dos camiones de ganado para darse una panzada y venderlos, algo que ya había hecho el ex legislador en los días pasados.
Según el comentario de los trabajadores del campo, el peón y el allegado a Alasino se pegaron un julepe bárbaro cuando, en medio de los preparativos para la venta del ganado, de pronto vieron venir a lo lejos la figura del ex senador.
“Yo no me morí, dejen el ganado”, dicen que habría dicho el ex legislador cuando los hombres sorprendidos y asustados intentaron explicarle lo que ocurría, y mucho le habría costado a Alasino hacerles entender que no era un fantasma sino que estaba vivito y coleando.
Al final, la situación se aclaró y luego de la corredera de comentarios y rumores, se supo que ni se habían muerto ni Allasina ni Alasino.
Se trató simplemente de una gran confusión que derivó en reacciones inesperadas porque algunos se preocuparon más por la huérfana hacienda que por el velorio del ex senador.
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