Las vueltas de la vida.
Aunque no fue la primera ni es la última; aparecen otros nombres: Zacarías, Barrandeguy y el regreso de los hijos pródigos.
Según comentan los mentideros políticos, desde el bustismo sostienen que la senadora santafesina Roxana Latorre que presionó a Reutemann votando a favor del kirchnerismo al firmar el despacho de comisión, no fue la primera en hacerlo. Irónicamente sostienen que la primera fue la senadora Blanca Osuna, que llegó por Busti y después lo entregó con el kirchnerismo.
Parece que Busti, según dicen en su entorno, no ha sido muy feliz en el dedear personas. Habría una lista larga, y uno de los más resonantes fue el tema de Juan Domingo Zacarías, que por obra y gracia de Busti llegó a la diputación nacional en el año 1997, y en 1998 se presentó en la Justicia embarrándolo en algunas causas con gran repercusión pública.
Y que obligó a aquel que era su vocero en ese entonces, Martín Fabre, saliera a cruzarlo duramente.
Aunque con el tiempo (diez años más tarde) lo llevó a Zacarías nuevamente como candidato a diputado provincial en la lista que encabezó, pero esta vez el premio fue doble porque también llevó a su compañero Jorge Maier.
Pero esto fue antes de Osuna. Hubo experiencias de este mismo estilo más recientes, como la diputación nacional del Dr. Raúl Barrandeguy, que al otro día de haber sido electo se puso al lado del kirchnerismo criticando una postura tomada por diputados del riñón bustista como Zavallo, Petit y Cremer. Algo que inmediatamente el diputado José Ángel Allende (cuyo futuro está atado a Busti) lo criticó públicamente como que había sido el candidato a vice gobernador de Montiel.
Osuna no fue la primera ni es la última; además de los nombres como Zacarías, Barrandeguy, etc, etc, también está el regreso de los hijos pródigos, aquellos que en su momento se pararon en la vereda de enfrente.
Como estas hay muchas historias más, pero así como le ocurrió a Zacarías le podría ocurrir a la senadora Osuna y cobrar un premio doble.
En política nunca hay que descartar nada. La vida es una rueda.
En definitiva, como dijera un viejo refrán criollo: “Mientras más escarba la gallina, más tierra se echa encima”.
