Escándalo internacional.
El confortable hotel 5 estrellas Gran Meliá de Venezuela donde se hospeda la delegación argentina fue un revuelo que tuvo como protagonista a Urribarri, funcionarios y diplomáticos.
Los hechos de ayer que fueron propios de un verdadero culebrón venezolano con ribetes de escándalo.
Todo habría comenzado cuando la delegación argentina encabezada por el gobernador Urribarri tocó tierras venezolanas y tomaron contacto con la Embajada Argentina en ese país y con su embajadora Alicia Castro, quien notó que entre los presentes no estaba un funcionario entrerriano que había sido designado por Cancillería para ocupar un lugar en esa Embajada.
Esto causo un revuelo en el hotel Gran Meliá de Caracas, donde sus pasajeros no pudieron disfrutar de la piscina, ni de las reposeras, ni del jacuzzi, ni del cine que las habitaciones proveen las 24 hs, que los funcionarios alcanzan a pagar con sus viáticos de 750 dólares diarios.
Esta persona debería haber viajado con la delegación entrerriana porque tenía fecha para asumir en su nuevo puesto el día viernes 2 de octubre a la hora 18.
Al enterarse la embajadora Alicia Castro, que es conocida por su fuerte personalidad, se comunicó con este entrerriano preguntándole por qué no estaba presente en Venezuela mediante un correo electrónico que decía: “Me acaba de informar el secretario Binaghi que no viajas a Caracas. QUE PASÖ?! Lo lamento muchísimo, ya que estaba prevista tu presentación oficial y participación en las visitas del Gobernador. Presentar en las Audiencias al delegado de Entre Ríos, ayudaría a realizar el seguimiento de los temas a tratar”.
El mismo le habría respondido que le habían informado hace un tiempo que era parte de la delegación argentina, pero al acercarse la fecha del viaje, responsables de la organización del mismo le habrían cortado los teléfonos y se enteraba de lo que sucedía a través de los medios de prensa.
La embajadora le habría consultado al mismo Urribarri qué pasaba, por qué no había llegado Tomás Luján con los delegados comerciales. El gobernador habría mostrado sorpresa y habría dicho que no estaba al tanto de esta situación, y que se iba a poner al frente no sólo para solucionar el problema sino para investigar lo ocurrido.
Inmediatamente Urribarri habría comenzado a comunicarse con sus funcionarios aquí para revertir el enojo del gobierno nacional y de Alicia Castro por esta actitud.
A raíz de esto, una importante funcionaria provincial se habría comunicado con Luján, al que ya con insistencia lo habían llamado otros funcionarios del área de Comercio Exterior. Inclusive el mismo gobernador habría participado de las conversaciones. Esta funcionaria, muy acongojada y con la voz quebrada habría pedido disculpas y temía por su continuidad en el cargo por el conflicto nacional e internacional que se había desatado.
Pasada la medianoche un chofer de la gobernación habría llevado a Luján a Buenos Aires, y a las 8 de la mañana habría salido el avión para que pueda jurar como funcionario allá. Pero como no conseguía vuelo directo, tendría que hacer una escala en Lima.
En definitiva, un culebrón venezolano que casi terminó cono ribetes de escándalo, una situación que recuerda la historia de “Mi pobre angelito”, pero esta vez no se sabe si fue accidental o la intención, según los comentarios de Luján de que le habían cortado los teléfonos, era entregarlo.
Situación que seguramente en muy poco tiempo pasará al olvido, como dijera ese viejo refrán criollo: “Mientras más escarba la gallina, más tierra se echa encima”.
