Caporale calificó a Brambilla como “el mejor alumno de la escuelita Kirchnerista”.
«De acuerdo a sus afirmaciones, no hace mucho tiempo atrás era sabido de su tendencia de esconderse en su despacho para no afrontar los problemas de su pueblo”, aseguró el dirigente de Evita Militante, Eduardo José Caporale.
“El intendente de Crespo debe haber hecho un curso acelerado de guapo en algún seminario dictado por la dupla Luis D`Elía – Hugo Moyano, porque de acuerdo a sus afirmaciones, que no se condicen con su forma de ser, no hace mucho tiempo atrás era sabido de su tendencia de esconderse en su despacho para no afrontar los problemas de su pueblo”, aseguró el dirigente de Evita Militante, Eduardo José Caporale, al responder las declaraciones de Juan Carlos Brambilla.
En ese sentido añadió, “por lo que leemos en la prensa no debe haber sido el único curso de capacitación y formación en la escuelita kirchnerista, ya que estarían emergiendo desde su administración prácticas similares a las que se le reprochan al gobierno nacional. Con estas manifestaciones, se debe creer que es el mejor alumno de la institución”.
Luego, Caporale aseveró “el intendente Brambilla en el único contexto que puede proferir semejantes calificativos para el ex gobernador es a cambio de una recompensa, que lo ubica en un sitio de mercenario de la política y no de un militante del justicialismo”.
“La provincia de Entre Ríos y la comunidad de Crespo en particular, saben cuál fue el rol que ocupó Jorge Busti en el largo e irresuelto conflicto que afectan a los chacareros entrerrianos y cómo fue la miserable actitud del intendente Brambilla con los sectores productivos”.
Por otra parte, el dirigente paranaense le endilgó al presidente municipal de Crespo a prestarse siempre para todas las operaciones de prensa en contra de Busti, “ya que allá por enero de este año el mismo Brambilla opinaba que el ex gobernador tenía que encabezar la lista de legisladores nacionales para las elecciones del 28 de junio”.
Finalmente, Caporale reflexionó sobre las actitudes ingratas de muchos dirigentes y señaló “La ingratitud florece cuando el sol que alumbró en el firmamento de los buenos servicios llega a su ocaso y sus beneficiarios lo dejan solo en su agónico tránsito crepuscular. Es allí que se transforma en un servil que pertenece a la dinastía de los abyectos, de los tránsfugas y de los trepadores. Su paradigma es ser el amanuense del dispensador de favores y tiene una pasión irresistible por la prebenda y para complacer en todo al orden imperante”, concluyó.
