La fiesta más «loca» y emocionante que se recuerde en el microclima político de Concordia, con Sushi, cazuelas, champaña y video.

Explotó el Hostal del Río del parque San Carlos.

Lágrimas entre los presentes: Mireya López Bernis y su esposo, el «Gordo” Puchulo, “Pacha” Mori, el cdor Boleas y su sra esposa, Porchetto, Rico; cuando pasaron imágenes del homenajeado.

El viernes pasado por la noche en Concordia se realizó una de las fiestas más “locas” y emotivas que se recuerden en el microclima político.

La misma fue realizada por el cumpleaños del “Loquillo” Alejandro Bahler, celebrando sus 50 años. Se llevó a cabo en el boliche Hostal del Río del parque San Carlos. Según trascendió este local bailable es propiedad de Gustavo Porchetto (Unión Popular), del riojano Raúl Rico y del mismo Bahler.

Una fiesta “loca” y emotiva, según comentan algunos de los 200 invitados presentes. Quienes pudieron disfrutar de un lunch de cazuelas, con sushi como plato principal, todo regado con abundante champaña Navarro Correas y vino de la misma marca.

Quizás el momento más emotivo fue cuando el cumpleañero pasó un video de su vida en pantalla gigante, desde que nació hasta la fecha. Se pudieron ver fotos abrazado con varios de los dirigentes de renombre político que fueron parte de su vida. Algo que hizo emocionar y lagrimear a algunos de los presentes, entre los que se encontraban el “Pacha” Mori, el contador Boleas y su señora esposa, la concejal y candidata a intendente por Concordia Mireya López Bernis y su señor esposo, el “Gordo” José Luis Puchulu y el riojano Rico.

Lo que nadie percibió fue que dentro de estos invitados en la fiesta, había alguien del Tribunal de Cuentas de la provincia que por lo bajo comentaba: “Falta la foto de Bahler en su paso por el Mayorazgo y de los “cinco” que se perdieron”.

Un Bahler que recorría las mesas contando a sus invitados, que esa misma noche se inauguraba un Centro Cívico en Concordia, con la presencia de Urribarri y del gobernador Daniel Scioli, y que él lo había mandado al “Ruso” con cuatro personas más con un cartel que decía “otra obra de Busti que se inaugura”.

En definitiva, todo fue una fiesta en ese lugar exclusivo de Concordia, una de las más recordadas por ser la más “loca” y emotivas que se recuerde del micro clima político.