Líos y desconfianza en la alcoba.
Dentro de los mandamás aparece un dirigente histórico que provoca a Urribarri choques con alguien que quiere, sí o sí, que lo acompañe en 2011.
Parece que no todo está tan tranquilo en el seno de los intendentes del PJ. Se están usando las duras palabras infidelidad y traición, y que entre ellos hay de primera y de cuarta.
Entre los infieles se nombra por lo bajo al intendente de María Grande Diego Lara y al de Tabossi Néstor Landra, quienes no sólo no son fieles al proyecto de Urribarri y están jugados con Jorge Busti, sino que están encarnando el papel de doble agente pasando información de lo que se debate internamente entre los intendentes y dentro del urribarrismo.
Es más, públicamente el intendente de San Benito Ángel Vázquez, dijo que a la hora de buscar a quienes ponen un huevo en cada canasta, si bien hay varios, en Paraná Campaña hay que mirar al este, aunque no se arriesgó a dar nombres.
Pero este no es el único problema, sino que en este sector se habla de que entre ellos hay dos categorías: la de los que están para escuchar, aplaudir y acatar; y la de los que se juntan primero, como los intendentes Fuertes de Villaguay y Schiavoni de Nogoyá, toman las decisiones de los pasos a seguir y después se los comunican al resto para que posen para la foto.
Más allá de los intendentes Fuertes y Schiavoni, aparece un nombre clave que es el de un histórico dirigente de la costa del Uruguay que más allá de no tener el cargo de los antes mencionados, sí es una autoridad partidaria y ejerce un enorme peso (un mandamás en serio) en las estrategias y decisiones que se toman no sólo entre los intendentes, sino también en las de Urribarri.
Es más, muchos de los manejos y operaciones de este dirigente histórico de la costa del Uruguay (que ocupa cargo partidario) le han generado choques y quejas al gobernador por parte de otro referente importante de esa misma zona, que Urribarri quiere especialmente mantener a su lado para que lo acompañe en 2011.
En la alcoba del oficialismo ya se habla de infidelidades y de mandamás, algo que impediría que en Uruguay se pose para la foto.
En definitiva, como dijera un filósofo: “Por el hilo se saca el ovillo”.
