Vuelve la vieja cooperativa
Importante y clave dirigente del PJ (que busca ser seducido) definió la actitud de algunos legisladores.
Mucho se ha comentado en los mentideros políticos del cambio brusco en sus posiciones parlamentarias de los senadores Raúl Taleb (Diamante) y Horacio Díaz (San Salvador) que votaron a favor de la Ley de Hidrocarburos.
El voto del senador Díaz a favor del gobierno fue opacado por el legislador de Diamente Taleb (quien estaría peleando uno de los cinco primeros lugares en la lista de diputados bustistas) del bloque Federal que conduce el senador por Concordia Héctor Strassera.
Según otros integrantes de este cuerpo, como los senadores Victorio Firpo y Santiago Gaitán, horas antes Taleb acordó votar en contra junto con los demás integrantes de este bloque; pero en el Recinto el ex embajador de Cuba se dedicó a argumentar las bondades y beneficios de esta ley, lo que provocó que Strassera se levantara de su banca y se fuera dejando en evidencia que su joven bloque estaba dividido.
Para algunos Taleb habría pegado la voltereta desde el bustismo al urribarrismo.
Es conocida la amistad y relación que mantuvo con Urribarri cuando ocupaban la banca de Diputados conformando una de las cooperativas más fuertes en el andamiaje político y definitorio dentro del PJ, como ocurrió en la década del ‘90.
Es más, nadie se animaría a desmentir que el diálogo entre los dos es frecuente y que comparten análisis políticos y que todas las miradas el día de la votación estaban puestas en Taleb, especialmente monitoreadas desde el exterior.
Pero también aparece otra lectura de estas actitudes, como la que hizo un importante dirigente (que busca ser seducido), que ha transitado por varios poderes, aunque añore los pasillos legislativos y que prefiere el “ Narrow” antes que el “Cactus” del otro poder, aunque éste último sirva para presionar a algunos con la cola medio sucia.
Además, considerado clave ya que cuando oficialice su decisión política generaría un tembladeral mayúsculo en uno de los sectores del peronismo que compiten por la gobernación.
Éste repitió irónicamente refiriéndose a la actitud de Taleb y Díaz: “Cuando las neuronas bajan la orden al bolsillo derecho la cosa cambia, en este sector estaría el verdadero Punto G”.
Ante estas dos hipótesis aquí no se podría descartar que se estuvieran dando las dos juntas.
En definitiva como dijera un filósofo del norte entrerriano: «La vida no se ha hecho para comprenderla, sino para vivirla».
