Con un problema de alcance internacional en la puerta de nuestra Provincia, los candidatos a Gobernador deberán conquistar los votos de un pueblo que le exige definiciones que estos no quieren dar.
El tema del verano sigue siendo el conflicto con la pastera finlandesa Botnia y la intransigente decisión de los asambleístas de Gualeguaychú de no levantar el corte en el cruce internacional hacia el Uruguay.
Lo único cierto es que estamos ante un problema que crece, con las decisiones de la Justicia- en este caso el Tribunal Internacional de la Haya- que no llegan y el tiempo que corre. Por lo pronto, en Entre Ríos sólo faltan dos meses para las elecciones generales en las que definirá un nuevo Gobernador.
Con el PJ dividido y su interminable serie de denuncias, con la UCR y el Nuevo Espacio aprovechando esto para hacer campaña, las definiciones sobre el tema de los que se postulan para Primer Mandatario Provincial no se dan a conocer.
Nadie parece querer meterse en la boca del lobo, pero en el medio de una Asamblea cada vez más intransigente y de una serie de candidatos cada vez más escuetos en sus declaraciones sobre el conflicto, se encuentra una de las ciudades más importantes al momento de contar los votos.
Esto se agrava con la tremenda trascendencia que los ciudadanos de Gualeguaychú han logrado en los medios de comunicación nacionales, punto que sólo hace más dificultosa la cuestión para los políticos de uno y otro lado.
