Las encuestadoras tomaron la calle y el teléfono
¿Qué opinión tiene sobre los dirigentes antes nombrados? era la pregunta que escuchaban los vecinos de Paraná al responder el teléfono en los últimos días.
En los días pasados las encuestadoras de Paraná y la zona salieron a la calle e invadieron las líneas telefónicas con muchas preguntas para los vecinos de la capital provincial.
La mayoría de las empresas decidieron hacer economía y encuestar telefónicamente, aunque este tipo de entrevistas no sean tan efectivas como el mano a mano.
Por eso, al levantar el tubo, los vecinos se veían sorprendidos y abrumados con preguntas que tenían que ver con la opinión sobre distintos dirigentes políticos, entre los que sonaban los nombres de varios ministros.
Una de las encuestadoras preguntaba sobre Pedro Báez, Ministro de Cultura, Adán Bahl, de Gobierno, el vicegobernador José Cáceres, la intendenta Blanca Osuna y el hijo del gobernador y dirigente de la juventud Mauro Urribarri.
Otra de las consultoras, indagaba por teléfono sobre la opinión acerca de esos nombres y agregaba los de Graciela Bar, presidenta del Consejo General de Educación, y el diputado nacional Raúl Barrandeguy.
Las preguntas también tenían que ver con el grado de conformidad del vecino con la gestión municipal y provincial.
En el plano nacional, las consultoras requerían la opinión sobre el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, el intendente de Tigre, Sergio Massa, y la presidenta Cristina Fernández, nombres que suenan entre los posibles presidenciables para el 2015.
Sin embargo, la pregunta que más llamó la atención tenía que ver con una encuestadora que interrogaba sobre posible candidatura testimonial del gobernador, Sergio Urribarri, para las elecciones legislativas de este año, algo sobre lo que se habla en voz baja.
Los paranaenses que respondieron al teléfono se vieron sorprendidos ante las varias llamadas de las encuestadoras, ya que hubo quienes fueron consultados por más de una empresa en el mismo día.
La danza de nombres llamó la atención de los vecinos y en definitiva, como dijera un filósofo: “cuando el río suena…”.
