El Sumo Pontífice respondió un escrito que le había enviado el titular de la Corte Suprema en ocasión de su unción. Consideró que es «ardua» la labor de la Justicia y que se requiere «celeridad» para «no engendrar dolor».
«Administrar justicia es una de las más insignes tareas que el hombre puede ejercer. Ciertamente no es fácil y, a menudo, no faltan dificultades, riesgos o tentaciones. Sin embargo, no se puede perder el ánimo», sostuvo el papa Francisco en la carta, fechada el pasado 23 de marzo y que fue difundida en las últimas horas.
«A Dios le hablaré de Usted y del importante quehacer que desempeña», escribió el Pontífice al titular de la Corte, para que «le ayude en su ardua labor y asista con su luz y su gracia a cuantos imparten Justicia en los distintos tribunales del país».
El Papa destacó los ideales de «ecuanimidad e imparcialidad» de la Justicia y consideró que es necesaria «diligencia» para resolver las causas judiciales.
«Cuando la justicia llega tarde o no llega, se engendra mucho dolor y sufrimiento, la dignidad humana queda lastimada y el derecho postergada», precisó al respecto.
Para el Papa, la justicia debe «respetar el orden, derrotar el mal y tutelar la verdad». Finalmente, Francisco envió un «saludo cordial» a los trabajadores de los Tribunales y pidió: «Recen por mí, pues mucho lo necesito».
