Una mesa sin bichos
El hecho no pasó desapercibido anoche en un café repleto del centro de Paraná y generó las comidillas de los presentes.
Alrededor de las 22 horas de este martes, en un reconocido café de la peatonal paranaense, según comentaba un mozo del lugar, se encontraban los ex diputados Eduardo Jourdán y Hugo Berthet junto a otros dirigentes de la Agrupación Pancho Ramírez.
Jourdán y Berthet serán decisivos en la elección del nombre de quien encabece la lista de candidatos a diputados para acompañar en la fórmula a De Angeli en su candidatura a senador.
Mientras debatían, según comentan algunas personas que estaban presentes en el bar colmado, entró el ex intendente de Nogoyá Faustino ‘Cacho’ Schiavoni, acompañado por sus hijos, Lautaro y Andrés.
Los mentideros afirman que los Schiavoni pasaron cerca de la mesa en la que se encontraban los ex diputados y el ex intendente ni siquiera los miró. Ante esta situación, Jourdán le gritó “Cacho, ¿qué pasa? ¿el Pato no te deja saludarnos?”.
Aunque Berthet estaba preocupado y compungido porque le habían entrado a su casa de San Salvador y le sustrajeron los pocos ahorros que le quedaban.
Al oír las increpaciones y demás echadas en cara, Schiavoni se habría ido derecho a una mesa del fondo atemorizado, lo que generó comidillas en todo el café.
Un mozo que se encontraba de turno afirma que en otra mesa cercana se encontraban reconocidos dirigentes radicales, que comentaban irónicamente “¡mirá vos!, entre peronistas se niegan”.
El mismo mesero les habría dicho a los radicales que Schiavoni, al ver a Jourdán y Berthet, les dijo a sus hijos “guarda los bolsillos, vamos para el fondo”, hacia donde enfilaron rápido y donde permanecieron por un tiempo.
Luego de este episodio, en la mesa de los ex diputados se debatieron muchas cosas, como la campaña de De Angeli y sobre Urribarri, aunque las principales críticas fueron hacia el líder del FEF, Jorge Busti.
Sin embargo, en un momento, los dirigentes decidieron levantarse porque se vieron rodeados de bichos que podían transmitir lo que hablaban, y decidieron irse a cenar a otro restaurante ubicado en la esquina de calle Mitre y Etchevere.
