Tendrán que patear los que nunca patearon
Un escenario diferente podrá darse si hay diferencias de siete u ocho puntos entre el 2° y el 3°, funcionarios técnicamente brillantes con el desafío de caminar casa por casa.
La primer batalla que tendrá Sergio Urribarri será interna, ya que en el mismo Partido Justicialista (PJ) se enfrenta a otra lista llamada “Basta”, encabezada por Héctor Maya y Aníbal Vergara. Hacia ellos irán los votos de los peronistas que volvieron y quieren quedarse en el partido pero que son “anti K”.
A pesar de que este sector, según las mediciones, no llegará a los dos dígitos, Urribarri es consciente de que ese porcentaje, por más mínimo que sea, no se volcaría en octubre hacia su lista.
Es más, seguramente este voto de Maya y Vergara, irá a engrosar a otros sectores con los que mantienen afinidad como el caso de Busti y De Angeli, ya que no se los ve a aquellos dos dirigentes apoyando el proyecto k que lo tiene a Urribarri como principal protagonista en la provincia, dejando en claro que en esta elección el que pierde no acompaña.
En las primarias del 11 de agosto, se pueden dar dos escenarios, el primero, el más optimo para el FpV en octubre, es que el 11 de agosto entre el 2° y 3° no se saquen diferencia, que estos dos estén entre los 17 o 18 puntos. Si esto sucede, seguramente cada uno de éstos mantendría ese porcentaje de votos en octubre, determinando la victoria del oficialismo con una gran diferencia por sobre el 2º y 3º.
El segundo gran escenario, que puede generar incertidumbre al oficialismo provincial y se pretende evitar en agosto, es que entre el 2° y el 3° se saquen una diferencia de entre 7 u 8 puntos, 24 a 17 por ejemplo, que De Angeli y Busti superen a Benedetti y la UCR o viceversa, ya que con esto el voto “anti” se podría volcar, hacia el que mayor porcentaje tenga de esta manera, emulando lo que sucede en el ballotage, buscando el voto útil.
En esta elección, el oficialismo deberá competir contra todas las listas, De Angeli-Busti, Benedetti-D´Agostino, Viale-Schvartzman, que, más allá no coincidir ideológicamente en nada, está unidos por el sentimiento “anti k”.
Las palabras del líder del oficialismo provincial en el día de ayer en Villaguay fueron contundentes: “hay que salir casa por casa”, marcaron lo que se preveía, que el FpV entrerriano pretende Provincializar la elección.
Es que Urribarri centralizó en él la campaña y sabe que el esfuerzo es mucho, no por nada tuvo que arengar a cada uno de sus funcionarios, de los mayores hasta los menores, para que salgan casa por casa, vecino por vecino, a buscar el voto.
En esta oportunidad eleccionaria, la picardía de Urribarri, consistirá en buscar que se plebiscite su gestión pero principalmente su imagen, conociendo, con los números en la mano, que la misma está muy bien conceptuada a lo largo y lo ancho de la provincia.
Faltan casi 40 días para las PASO y en el medio se encuentran las vacaciones de julio, un tema no menor si se habla de estrategia de campaña, y la convocatoria de ayer dejó en claro que no habrá vacaciones para nadie.
Según los mentideros del PJ, intendentes, ministros, legisladores y muchos funcionarios, que, por más que se consideren técnicamente brillantes e imprescindibles, y que por ese motivo estén convencidos de que fueron designados, tendrán que ponerse las zapatillas y salir a patear, hacer lo que no saben y no tienen: buscar votos.
Indudablemente, a menos de 50 días, el oficialismo va a jugar todos los cartuchos para las PASO de agosto, intentando un knock out, un muy contundente triunfo y una gran diferencia entre el 2° y el 3° para de esta manera evitar la incertidumbre en octubre.
Como se ve en esta nota, todo gira en torno a la figura del Gobernador Urribarri, dejando en claro que en 5 años el oficialismo no tiene o no dejó crecer otro nombre para mostrar en una elección tan importante.
En definitiva, como dijera un filósofo: «todos los caminos conducen a Roma».