Se encerraron los dos solos por una hora
Entre los comensales que esperaban que estuviera lista la comida había ex funcionarios, legisladores y gente del sector del intendente.
La semana pasada, tras el acto realizado por el gobernador Sergio Urribarri en el club El Porvenir de Victoria, algunos dirigentes se dirigieron a la casa del fallecido empresario Ricardo ‘Chulengo’ Núñez para compartir un asado.
Allí el anfitrión era el hijo de ‘Chulengo’, y se encontraban también el diputado Juan Carlos Almada, el ex vocal del IAPV Ricardo Lagares, el senador César Garcilazo y el intendente Rubén Garcilazo, acompañados por gente de su sector.
Cuentan los mentideros que mientras el asador avivaba el fuego y daba vuelta las costillas, el intendente de Victoria se encerró por más de una hora junto al gobernador, que le habría dado para que tenga y para que guarde.
Esa noche, cuando Urribarri se retiraba del acto, una concejal de iniciales M.V. le habría contado al gobernador sobre designaciones realizadas por el intendente en cargos jerarquizados y con suculentos sueldos que habrían generado malestar en el municipio. Entre otras cosas, se hablaba también de una mochila de plomo.
Cuando se publicó en este Portal la nota titulada “El after del acto que va a traer cola y una concejal que le pasó una mano de bleque al intendente”, generó un gran revuelo en Victoria, y provocó el enojo del intendente con la concejal, mientras que otro sector la felicitaba.
Según afirman los mentideros, el gobernador tomó nota de la información brindada por la concejal, ya que luego le dio al intendente un sermón de aquellos, algo que habría provocado que Garcilazo se atragantara con el asado.
