Fuertes coletazos en lo político e institucional.
La historia se viene desenlazando desde principios de la gestión Osuna, la interna desde aquel momento estuvo latente pero ayer explotó la bomba.
Según comentaron los mentideros cercanos al diputado nacional Julio Solanas, la escandalosa sesión del Concejo Deliberante de la capital el día de ayer, en la que hubo de todo, lo hizo volar de la bronca, declarando en consecuencia la guerra al osunismo y al molinismo.
Y es que el diputado sintió muy fuerte la derrota en la pulseada en donde se impusieron los concejales que le responden a Osuna y sus aliados y que dejaron rengos a sus alfiles ediles en la votación contra el veto parcial en la ordenanza de los barrios privados.
Y si bien hasta las PASO el discurso de los bandos, que históricamente se enfrentaron, fue el de la “unión del peronismo paranaense”, esta vez el velo de la manifiesta amistad se les borró de un plumazo.
Según comentan los solanistas que revolotean por la Municipalidad de Paraná, el latente enfrentamiento que existió siempre no podía ocultarse más, y era de esperarse que de alguno de los sectores se dejara de lado la hipocresía y se declarara la guerra, más aún cuando los ánimos ya venían caldeados por las distintas persecuciones que continuamente le llegaban como quejas a los referentes del solanismo en la municipalidad.
Sin embargo, lo que hizo rabiar al crack de Ministerio fue algo que sintió evidentemente más personal, más sentimental, y es que según se comenta, parece que le metieron el dedo en la llaga, ya que lo que verdaderamente le dolió fue que la intendenta vetara parcialmente, ingresando el proyecto en la misma sesión en donde ya se había desatado el conflicto, la ordenanza que dispone denominar una calle del Thompson con el nombre de su fallecido hermano Raúl Solanas.
Los cercanos al diputado comentan que el mismo sintió como muy sucia la jugada del sector de la presidenta municipal, no habiendo necesidad de acortar la calle que llevará el nombre de su hermano, como si le hubieran hecho morder el polvo, ya que los propios concejales de su sector y el presidente del HCD, quien también le responde, se desayunaron del veto momentos previos al inicio de sesión.
Indudablemente, la sesión de ayer hizo estallar a Julio solanas, quien hasta entonces se mantenía muy diplomático, algo que le ha valido la crítica de más de uno de sus compañeros. Es más, algunos sostienen que el diputado manifestó “ya le puse el hombro demasiado a Blanca, pero esto fue la gota que rebalsó el vaso, hasta acá llegamos, ahora que aguante con nosotros enfrente”, como prometiendo vendetta.
Ya desde los pasillos municipales se alzaron comentarios al respecto, y la decisión de sacarle la escalera ya es una realidad, entretejiéndose en estas últimas horas un público contraataque.
Lo primero que trascendió desde la agrupación que el diputado lidera, es sacar un comunicado criticando duramente la posición de la intendenta y las desprolijidades de la gestión y más fuerte, ya estarían evaluando jurídicamente realizar la presentación judicial con el objetivo de que se declare la inconstitucionalidad de la decisión de Blanca Osuna de vetar parcialmente lo por ella misma presentado, argumentando que la intendenta está muy mal asesorada. Seguramente, frente a esto, el solanismo deberá esperar el revés del sector de la intendenta.
Seguramente, la dura guerra entre estos dos sectores poderosos del PJ paranaense, como lo son el de Osuna y Solanas, generara coletazos no solamente en lo político sino también en lo institucional, porque ambos no solamente tienen llegada al gobernador Urribarri sino también en lo nacional.
No hay que olvidarse que el 40% de los funcionarios del municipio le responden a Solanas, no solamente en el Concejo Deliberante sino también en el ejecutivo, producto de un acuerdo pre electoral. Como muestra de ello, el viceintendente y el presidente del bloque (por lo menos hasta hoy) son solanistas.
Hablando de consecuencias, un filósofo decía: «por un clavo se perdió una herradura, por ésta un caballo, y por éste el jinete, que fue capturado y muerto por el enemigo».