Se trata de «comportamientos oportunistas que ya tienen cansada a la gente».
El presidente de la UCR, Ernesto Sanz, afirmó que la estrategia del jefe del Frente Renovador de intentar incorporar intendentes radicales de todo el país está destinada a «fracasar».
«A mí y al partido no nos preocupa eso. Hoy el radicalismo está sólido y construyendo espacio alternativo con otras fuerzas. Además, es una táctica que ya fracasó cuando lo intentó el kirchenrismo, cuando lo hizo Mauricio Macri y volverá a fracasar con Massa», dijo Sanz.
El presidente del radicalismo consideró que «a lo sumo, Massa incorporará a algún reincidente, gente que ya varias veces se fue del partido, no es una novedad», dijo en alusión a dirigentes como los intendentes Gustavo Posse (Vicente López) y Mario Meoni (Junín).
«El problema no lo tiene el radicalismo, es de ellos. Me hago cargo de la UCR y de los que estamos adentro, los que batallamos todos los días. ¡Qué paradoja! La UCR es un partido cuestionado por la gestión respecto a los gobiernos nacionales pero es buscado y seducido por la gestión de los gobiernos locales», enfatizó el senador.
Con respecto a las críticas vertidas por Meoni, en las que cuestionó el liderazgo de Sanz y la cúpula partidaria, respondió: «Son sobreactuaciones para justificar esa política de cooptación. No nos sentimos agraviados, no agravia quien quiere sino quien puede. No nos detenemos ni un minuto en eso».
El último miércoles, Massa había adelantado el lanzamiento de un espacio interno denominado Radicales en el Frente a través del cual buscaba aglutinar a intendentes y legisladores radicales de todo el país, estrategia que puso a cargo de Meoni y Posse.
Por su parte, Alfonsín -máximo referente del radicalismo bonaerense-, sostuvo que las informaciones «no se atañen a la realidad porque se habla solo de cuatro de 600 intendentes radicales» que se pasaron al massismo y recordó que «algunos ya antes habían estado con Macri».
«Si dicen (en el Frente Renovador) respetar las instituciones, que empiecen a respetar los partidos. Massa debería hablar con la orgánica partidaria si tiene verdadera formación republicana. No es éste el procedimiento adecuado y no va a tener respuesta», agregó.
En ese sentido, opinó que esto «aleja» a los massistas «aún más de la sociedad, porque la gente está cansada de comportamientos oportunistas y de ir buscando dirigentes traspasando la orgánica», y añadió que el FR «suma por izquierda y derecha para poder mostrarse como una fuerza más fuerte de lo que es».
El ex diputado y dirigente de la UCR porteña, Ricardo Gil Lavedra, coincidió en que «este tipo de acuerdos debe ser entre partidos políticos» y calificó que la «rapiña individual» de Massa «debilita a las fuerzas políticas».
«El FR es claramente un frente sustancialmente peronista y lo que la UCR trata es constituir una alternativa no justicialista. Los acuerdos deben ser orgánicamente entre partidos y si no son apuestas personales, individuales, en las que se privilegia el rédito individual ante la construcción colectiva», concluyó Gil Lavedra.
A pesar de las críticas de la dirigencia radical, el massismo avanza en su estrategia y realizará entre fines de mes y principios de febrero en la Costa atlántica bonaerense un encuentro con todos los radicales que ya se incorporaron a su espacio y los que están en diálogo para hacerlo.
