Que se doble pero que no se rompa…hasta el 26
El presidente de la Cámara no es de los mansitos y, haciendo honor a su apodo, ya le había dicho a un ministro que lo iba a «cagar a puñetes» pero lo de Almada trajo cola.
La semana pasada el presidente de la Cámara de Diputados de la provincia, José Allende, atendió al diputado Juan Carlos Almada, con quien comparte la lucha dentro del gremialismo, el primero a través UPCN y el segundo desde la Federación de Sindicatos de Trabajadores Municipales (FESTRAM).
Según comentaron los mentideros legislativos, en plena sesión, Allende dirigió su mirada hacia el diputado de Victoria y lo fustigó diciendo “algunos que se quieren jubilar bien y terminan cagando a los compañeros”, ante un Almada indefenso que pedía la palabra a mano alzada sin obtenerla.
El motivo del enojo de Allende fue un proyecto de su autoría que en ese momento estaba siendo considerado en la cámara, en el cual se autorizaba a los intendentes a disponer del dinero de sus cajas de jubilaciones y pensiones para financiar gastos corrientes, un proyecto que abarca a más de una docena de municipios que tienen sus propias cajas provisionales, entre los cuales se encuentra el pago del presidente de la Cámara, Nogoyá.
Esta iniciativa no le cayó nada bien a Almada, quien argumentó su oposición en la amplia discrecionalidad con que los jefes de comunas podían disponer del dinero de los jubilados y pensionados municipales, temiendo que de esta manera las cajas queden fundidas.
Es más, para fundar su punto, Almada presentó como antecedente el caso de Diamante en la gestión de Juan Carlos Darrichón entre 2007 y 2011, quien enfrentó una denuncia por incumplimiento de los deberes de funcionario público y malversación de fondos, acusado de haber tomado prestado dinero de la caja municipal para la adquisición de las termas.
Al conocer la negativa de su compañero de bloque, Allende, sin nombrar a nadie, en plena sesión, cargó contra “los que quieren jubilarse como diputados y dejan en banda a los compañeros”, entendiendo Almada que las indirectas fueron para él.
Luego del duro cruce, Almada amenazó con pegar el portazo, algo que habría complicado mucho la situación del bloque, ya que otros dos diputados están distanciados y realizaron algunas críticas, como Hugo Vásquez y Rubén Almará por motivos electorales, algo que se agrava más aún porque las razones son reglas claras para una elección, mientras que para el gobernador Urribarri es necesario tener el bloque unido por lo menos HASTA EL 26 DE MARZO.
Pero para evitar la ruptura se pasó a un cuarto intermedio y los diputados encontraron una salida salomónica con la intervención del presidente del Bloque, Juan Navarro.
El acuerdo fue incorporar la cláusula en la que se les permite a los intendentes disponer del dinero pero se los obliga a devolver el préstamo antes de finalizar sus mandatos al frente del municipio.
Pero este no fue el único hecho en el que Allende se vio involucrado: esta semana, el diputado “muchacheó” y trató al ministro Carlos Ramos de falto de conocimiento en el área de salud por el tema de la sindicalización de los enfermeros, aunque la bronca viene desde el año pasado, cuando el gobierno provincial oficializó el pase a planta permanente de más de 700 cocineras.
Según los mentideros, en esa oportunidad, con la advertencia de “a este lo voy a cagar a puñetes” dirigida a Ramos, Allende logró que el ministro le firmara la incorporación de las cocineras al ministerio de Desarrollo Social.
Ahora, luego del cruce de ayer con el “súper” ministro por el conflicto con la sindicalización de los enfermeros, Allende habría repetido: “esa vez se salvó, pero ahora si lo voy a cagar a puñetes”.
