Heridas que no cierran
Los pases de facturas y reclamos del segundo porque la habían cagado su mujer terminó en un fuerte cruce a los puñetes mientras el diputado Solanas yacia desmayado en el piso.
Un clima de intenso nerviosismo se vivió ayer en el acto del PJ en la seccional 12, cuando un concejal y actual candidato a diputado provincial y la pareja de una actual concejal y candidata a repetir se trenzaron a las trompadas.
Los disturbios comenzaron cuando el actual diputado nacional y candidato el PJ para renovar dicho mandato, Julio Solanas, se descompensó en pleno acto, producto de un bajón de presión, circunstancias que conmovió y disparo el nerviosismo de los presentes que debieron parar el acto para pedir una ambulancia que asista al ex jugador de ministerio.
Según los mentideros presentes, mientras solanas yacía en el piso, comenzaron los disturbios entre el concejal Gustavo Guzmán y “Toto” Solanas, pareja de la concejal Elizabeth Gonzalez, recriminándole este último que la había cagado a la edil no solamente por la diputación, sino porque encima la habían mandado al octavo lugar en la lista de concejales, algo que provocó la contestación de Guzman y a continuación vinieron las trompadas entre ambos solanistas.
Recordemos que, según fuentes solanistas, el líder de La Jauretche le había asegurado a Gonzalez y a Guzman los dos lugares que el sector ostenta en la cámara baja provincial, pero, entre gallos y medianoche, el día de la presentación de lista, la actual edil se enteró que no iba a serlo, poniéndola en su lugar a la actual diputada provincial Emilce Pross, cumpliéndosele solamente la promesa a Guzmán.
En aquella oportunidad, fue fuerte el malestar de Gonzalez para con su líder, responsabilizando, en parte a Guzman por haberla dejado afuera de la lista.
Pero la ira fue aumentando y llegó a su punto culmine cuando le avisaron que no iba entre los primeros lugares en las concejalías, sino octava.
Más allá de todo esto lo concreto es que las heridas y las brechas en el sector aun no sanan y anoche quedó demostrado con la gresca entre los solanistas.
Es más, los mentideros comentan irónicamente que Solanas no se quería despertar del desmayo ya que tenía difícil la decisión de si jugar para el hermano o para su mano derecha, así que mirando con un ojo abierto y otro cerrado optó por quedarse en el suelo.
