Cansancio y malestar en la militancia
Solanas, Halle, Blanca, Cáceres y Bahl buscan una lista de consenso pero todos quieren poner su delfín para presidir la departamental.
Con polémica, grito en el cielo, idas y vueltas ya se palpitan las internas en el Partido Justicialista entrerriano, una elección en donde, más allá de que los dirigentes buscan una lista de consenso, varios quieren poner el presidente de la departamental.
Tal es el caso de Paraná con los dirigentes Solanas, Halle, Blanca Osuna, Cáceres y Bahl, en una localidad donde, más allá de que a todos les gustaría demostrar su condición de conductor imponiéndose en la interna, le tienen mucho miedo al papelón.
Es que nadie hoy puede desconocer el gran malestar y cansancio que existe en la militancia, sobre todo en la capital entrerriana, algo que quedó demostrado en las pasadas elecciones generales donde el PJ fracasó en seccionales impensadas, históricos bastiones del peronismo.
El hartazgo y enojo es tal que ya se estima que no será importante la concurrencia de afiliados que se movilizaran para la interna del próximo 3 de abril.
Esto es conocido por la dirigencia, la cual estima que una lista de consenso lograría que se distribuyera entre los sectores el costo político de la falta de concurrencia de los militantes.
Bahl, luego de los ocho años como ministro y su intento de candidatearse a gobernador y su posterior acuerdo para la vice gobernación, es uno de los que necesitan demostrar su condición de conductor, y entiende que de ir solo a la interna y con poca cantidad de votantes, sería mucho más grande la pérdida que la ganancia.
Un sector que, a través de operadores como Lagorio y compañía, estaría representado en la futura departamental con “Peka” Benitez, un dirigente de la novena y funcionario de obras públicas de la provincia.
En la misma situación se encuentra Solanas, que pasó por la intendencia de la capital entrerriana y ya va por su segundo mandato como diputado nacional y que desde su sector, que sostiene que es el tipo más fuerte y convocante del PJ Paraná, quieren lanzarlo a él o a Gustavo Guzmán para presidir la departamental.
Lo mismo ocurre con el ex intendente José Carlos Halle, que aun está discutiendo y reclamando algunos puestos y cargos en la gestión provincial y para eso necesita tener peso político luego de bajarse de su candidatura a intendente, sonando desde su sector el concejal “Quique” Ríos o “Pepe” Florio para la departamental.
Cáceres, luego de ser vicegobernador y de conducir el PJ provincial y departamental a través de Gustavo Osuna se quedó solo con un diputado, un concejal, su sobrino David, un funcionario de IAPV, Marcelo Báez.
El ex vicegobernador es uno de los nombres que disputaba junto con Osuna el último ministerio vacante, el de Educación, algo que había trascendido desde su propio sector, pero que el propio Cáceres ayer salió a desmentir, y se da por descontado que uno de estos tres hombres de su sector estará en la lista.
La que menos se beneficiaría con una interna es la ex intendenta Blanca Osuna, un sector que si bien cuenta solo con dos bancas en el Concejo y varios cargos en lugares claves del Consejo de Educación provincial, como esperando su desembarco a la cartera provincial.
Un osunismo que a pesar de la derrota electoral frente a Varisco está esperando que transcurra un tiempo prudente para que Paraná pueda comparar su gestión con la actual y que tiene que demostrar que cuenta con el apoyo del PJ Paraná y que a pesar de que es la que más arriesga en una interna, se descarta que el sector integre la lista, sonando Cristina Sosa, Gabriel Pacífico y “Baroncho” Caminos para la departamental.
Una departamental hoy es mucho más simbólica que otra cosa, ya que al no tener personería jurídica propia, no cuenta con dinero de los aportes de los funcionarios afiliados, sino ligada al PJ Provincial, y que por lo tanto el dinero vuelve a cuenta gotas y sensiblemente mermado a la departamental y en la que la ganancia es poder decir “soy el jefe político del peronismo en Paraná”.
Esto último permitiría al conductor ganador sentarse y exigir espacios de poder en el gobierno provincial y luego posicionarse bien para las legislativas del 2017 donde la provincia renovará bancas de Lautaro Gervasoni, Carolina Galliard y Jorge Barreto en Diputados.
Los dirigentes saben y conocen el gran malestar actual y que la mejor forma de castigarlos es no concurriendo a la interna, de ahí la necesidad de la lista única.
Un consenso que dividiría dicho costo político de la poca concurrencia, ya que el voto de 1000 o 1500 personas, con un padrón con cerca de los 30.000 afiliados en la ciudad, no legitima la conducción de nadie, un pozo difícil de salir.
Con ese porcentaje sería difícil esgrimir la bandera de conductor y reclamar espacios de poder en el gobierno provincial y lugares para el 2017.
Más allá del consenso, y de que el problema es quién será el candidato a presidente de la candidatura a la departamental, lo que es seguro es que todos los sectores exigen espacios en la lista de las autoridades partidarias que encabezará la fórmula Bordet-Urribarri.
