El PJ Entre Ríos no usará más el sello “FpV”, estrena la marca electoral “Frente Peronista”.

Una sola lista

Neuquén, Buenos Aires, Salta, Chaco, La Rioja, Rio Negro, San Juan y Corrientes se suman a la práctica que busca contener a todos los sectores del peronismo.

La semana pasada, Nancy Parrilli, hermana del ex jefe de la AFI, renunció a la jefatura del PJ de Neuquén porque no pudo evitar que el partido archive la marca electoral que usó la última década: Frente para la Victoria (FpV).

El expediente Neuquén, hasta acá el más tumultuoso, anticipa una práctica que se multiplica y derivará en que el peronismo en la mayoría de las provincias deje de lado el FpV como nombre electoral.

Nuestra provincia no escapa de esa tendencia y para las elecciones legislativas que se avecinan no se utilizara más la marca electoral creada por Néstor Kirchner.

Una noticia que ya están tomando los medios nacionales y que ayer pasó desapercibida, a segundo plano, o, mejor, a ningún plano debido al dramático desenlace de Micalea García.

Según trascendió, el gobernador entrerriano y presidente del PJ provincial, Gustavo Bordet apuró, junto al chaqueño Domingo Peppo, entre otros, un bloque de renovadores que tomó distancia de Cristina.

«Se usaba FpV porque no quedaba otra: lo imponían desde la Casa Rosada» dijo un dirigente del PJ sobre un sello que indudablemente ya cumplió su ciclo.

Uno de los nombres que se baraja en la provincia de Entre Ríos, es “Frente Peronista”, y su objetivo no es más que contener a todos los sectores que componen un peronismo local que no quiere llegar más dividido.

Una provincia donde, más allá de las intenciones de diferentes postulaciones y las especulaciones con el armado de varias listas, trascendió que presentara una única lista oficial.

Con la no utilización del sello FpV indudablemente que pesa el factor local. Como la elección no es nacional ni hay una boleta única del país, el PJ de cada provincia se enfoca en rasgos de su territorio.

En el PJ bonaerense que preside Fernando Espinoza también camina en esa dirección. «Se habló y hay coincidencias de los compañeros. ¿Nuevo nombre? Tenemos hasta junio» dice una autoridad del partido. La medianoche del 14 de junio vence el plazo para anotar alianzas.

En 2015, el PJ integró el FpV en todo el país con alguna salvedades como La Pampa, donde Carlos Verna compitió como Partido Justicialista y el Frente para la Victoria fue con sus propios candidatos. Lo mismo ocurrió en San Luis, donde el partido lo controlan los Rodríguez Saá y el kircherismo fue con sello propio.

Córdoba fue uno de los territorios donde, para gobernador, el FpV no compitió en 2015 y se da por hecho que no volverá. Allí hay otra interna de denominaciones: Juan Schiaretti impuso el criterio de que Unión por Córdoba, su sello, vaya a la elección nacional con esa identidad y no como UNA, el nombre de la alianza electoral que compartió José Manuel De la Sota con Sergio Massa en el 2015.

En Río Negro, donde Miguel Angel Pichetto controla el PJ, también archivarán el sello FpV al igual que Omar Perotti, que maneja el partido en Santa Fe. En esa provincia podría, sin embargo, darse otro fenómeno: Agustín Rossi, ex ministro, se lanzó como candidato a diputado y se si hay PASO podría utilizar el sello FpV como línea interna.

En Capital, donde el PJ lo preside Víctor Santa María, la discusión anda flotando y tiene que ver con una cuestión más de fondo: la construcción, por separado, que hace La Cámpora por un lado y el peronismo por otro, que armó días atrás el grupo UMET, donde coincideron desde Claudio Lozano a Alberto Fernández, de Daniel Filmus a Gustavo Vera.

«Nosotros reivindicamos el FpV como espacio e identidad política» le dijo el dirigente porteño del cristinismo.

En Corrientes ocurrirá lo mismo. «Camau» Espínola será candidato a gobernador por un frente que deje atrás la identidad FpV aunque el equilibrio es sutil: tampoco quiere generar rechazo de los votantes K.

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