EDITORIAL PROGRAMA “DE FRENTE”
A una semana de las elecciones nacionales, enorme repercusión –dentro y fuera de la Provincia- por lo ocurrido ayer en Concordia.
Faltando sólo nueve días para el 28 de Octubre, la presencia ayer en Concordia del Primer Mandatario Nacional y su esposa, tuvo una enorme resonancia. Es que durante el acto realizado en el Club Libertad se desnudaron los conflictos dentro del oficialismo, a la par que se agrandaron hacia fuera los problemas a causa de la pobre convocatoria, principalmente desde el sector peronista encabezado por Alberto Rodríguez Saá.
Un palco que contó con la presencia a Néstor Kirchner, a la candidata a Presidente Cristina Fernández, al Gobernador actual Jorge Busti, al Mandatario Provincial electo Sergio Urribarri y al Intendente local Juan Carlos Cresto. Un acto en que el oficialismo justificó la escasez de participantes con el argumento de que “hoy nadie moviliza” y que “ya nadie se anima a hacer actos públicos”.
A pesar de esto, lo de Concordia puso nuevamente en el tapete los problemas dentro del oficialismo a una semana de las elecciones, causó especial sorpresa que durante el acto Sergio Urribarri, Gobernador electo y oriundo de la zona, no pudiera hablar, aunque sí lo hizo su archienemigo Juan Carlos Cresto, quien luego de esto fue abucheado por los mismo justicialistas.
Pero tal parece que la preocupación de ceder el micrófono o de integrar la lista de oradores no quedará circunscripta a la campaña proselitista ni terminaría con las elecciones del 28 de Octubre, sino que esta situación se prolongaría en el tiempo hasta la aparición de una fecha clave: el 10 de Diciembre, día en que Busti deberá entregarle el bastón de mando a Urribarri.
Para esa oportunidad se están preparando dos protocolos en forma paralela. Uno es el oficial que está organizado el equipo del Gobernador electo, el cual estipula que los actos protocolares comiencen y terminen en el Salón Blanco, que se produzca el traspaso de mando y nada más.
Pero por otro lado aparece el protocolo organizado por el bustismo, el cual genera temor a Urribarri. En este caso, se organizó que luego de los actos protocolares, quienes estén presentes en el Salón Blanco se ubiquen frente a la puerta principal de la Casa de Gobierno. De esta manera, Jorge Busti podrá dar un discurso en medio de un palco improvisado, y allí podrá declarar que él sigue siendo el jefe, que el sillón sólo lo presta por un plazo de cuatro años y que volverá en 2011.
Y claro, con este protocolo Sergio Urribarri no estaría de acuerdo. Pero con esto aparece la gran duda: ¿Cómo y quien le dice a Jorge Busti que después del traspaso de mando cierre el pico y se vaya a su casa?
En fin, como dijera un filósofo, «Aquel que hace el mal lo olvida, pero no aquel que lo recibe».
Ricardo David.