Varisco paralizó los pagos de los proveedores del HCD y Etienot amenaza con no sesionar más.

Ni para papel higiénico

Fuertes ataques y contraofensivas tras un nuevo coletazo de la causa del narcotráfico en Paraná.

Primero fue el audio que se virilizó a través de las redes y se publicaron en los medios en donde el abogado Hugo Gemelli y el entonces secretario de ambiente municipal, Álvarez, dejaban en claro que existía una vínculo entre el hoy procesado como jefe de una banda dedicada al narcotráfico, Daniel Celis y el intendente Sergio Varisco.

Luego, los medios daban a conocer un mega operativo de la Policía Federal que tuvo como resultado el secuestro de casi 400 kilogramos de material estupefaciente luego del aterrizaje de una avioneta en las cercanías de Colonia Avellaneda. Una medida ordenada por el juez Leandro Ríos.

Ese mismo día, desde el juzgado se libraban oficios ordenando el allanamiento de varias viviendas, produciéndose posteriormente la detención de más de 20 personas todas ellas vinculadas a la comercialización de estupefacientes, conociéndose que varios de ellos tenían una relación laboral con el Municipio de la capital entrerriana.

A medida que el juez obtenía resultados positivos se daban a conocer los pormenores de la investigación, llegando al punto quiebre político e institucional y punto de máxima gravedad, el hecho de que existían lazos entre la banda y el municipio y que el intendente estaba siendo investigado por estas vinculaciones.

El audio entre el abogado y el funcionario municipal de ambiente, sumado a las escuchas entre Celis y funcionarios de primera línea de Varisco, entre ellos el concejal Pablo Hernández y la subsecretaria de seguridad Griselda Bordeira, en donde se dejaba en claro que este último había incumplido un acuerdo mantenido en plena campaña electoral con quien será juzgado como jefe de los narcos, provocó la implosión en los popes locales de Cambiemos.

No era para menos, ya a esas alturas de la investigación, la sociedad paranaense en su conjunto no tenía ninguna duda sobre la estrecha vinculación entre Varisco y Celis, algo que hasta el propio juez tuvo por certero aunque no le haya bastado para procesarlo.

Con la imagen de Varisco derrumbada, varios de sus aliados vieron la oportunidad de despegarse, siendo el caso paradigmático el de la viceintendenta Josefina Etienot.

Una Etienot que nunca se llevó bien con Varisco y su entorno, es más, cruces que provienen de la época de campaña inclusive y que se fue agravando con el trascurrir de esta gestión municipal.

Sin embargo, desde que se inició la investigación de la justicia federal contra el intendente, un hecho de por si gravísimo y sin parangón en Paraná, la viceintendenta aprovechó para declarar la guerra formal, convirtiéndose así en otro de los coletazos de la causa penal que liga a Varisco y varios de sus funcionarios.

El acompañamiento de la viceintendenta a un pedido de informes realizado por el bloque justicialista encabezado por su socia en el HCD, la edil del justicialismo Cristina Sosa, y un posterior proyecto creando una comisión de investigación por los lazos entre el Municipio y el narcotráfico, fueron el punta pie incivil de una guerra sin precedentes en la ciudad entre el intendente y su vice.

Luego provino la embestida de Varisco produciéndose un sinfín de denuncias y operaciones por las irregularidades de los contratos de la viceintendencia local, contrataciones con socios de su estudio jurídico y varios familiares por montos muy elevados como para no realizar ninguna actividad y ni siquiera pasar por la puerta del Concejo, situación irregular en donde también cayó el concejal del PRO Emanuel Gaiza.

Una Etienot que fue la principal acusadora de Varisco, siendo una de las pocas, si no la única de las autoridades locales, provinciales y hasta nacionales que habló de la terrible gravedad institucional que implica que el intendente esté ligado con una banda narco y que el municipio, sus bienes y el personal, sea utilizado para la distribución de droga.

Porque, mientras Etienot fogoneaba fuerte, ni el presidente, ni su ministro, ni el gobernador, ni el vice, ni los ministros, ni los legisladores, inclusive ni los propios ediles opositores se manifestaron sobre el tema, actuando como si no hubieran enterado de las vinculaciones del ejecutivo municipal con el narcotráfico local, es más, muchas de estas autoridades, mientras parecía inminente la imputación y en la sociedad se producía una fuerte condena, hasta compartían actos y actividades con el intendente.

Una guerra que ahora tuvo otro contraataque, sintiéndose fuerte la embestida de Varisco contra Etienot, trascendió que el propio intendente le habría cortado el chorro a su vice, paralizando todos los pagos y contrataciones con los proveedores del Concejo Deliberante.

Desde los mentideros comentaron que la orden de Varisco es no firmarle los cheques para los gastos diarios, existiendo un gran malestar en el cuerpo porque no tienen insumos para computadores, resmas, biromes, faltando hasta el papel higiénico en los baños.

Con esta decisión de Varisco de no autorizar un solo pago para el HCD que preside Etienot, dentro del cuerpo deliberativo se dice que esta última ya delineó su ofensiva, amenazando con no sesionar más hasta que el intendente firme los cheques.

Una viceintendenta que es bien conocida por su carácter, comentándose en los mentideros, que es tal el gran malestar que no solo la contienen y hace catarsis con los ediles de su propio bloque, sino que también con los de la oposición.

Este nuevo coletazo proveniente de la causa narco en donde hasta se lo involucro al ministro y autoridad máxima del PRO entrerriano, Rogelio Frigerio, se otorga transitando la campaña electoral, a una semana de las elecciones primarias.

Un difícil panorama el del Municipio, que sin dudas beneficiara a la oposición debido a la abismal caída que sufrió la imagen de la gestión municipal y del intendente.

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