¿Irretroactividad?
Son varios los que siguen a pesar de que exceden considerablemente el filtro, que sonó como un hartazgo.
Ayer, el gobernador Gustavo Bordet, en declaraciones brindadas a la televisión local, se manifestó sobre los cambios en su gabinete.
“Yo ya lo dije incluso cuando terminó el proceso electoral y antes también lo había anunciado: las elecciones pasan pero los problemas quedan, y cuando uno está promediando una gestión siempre es bueno realizar todas las modificaciones necesarias tendientes a mejorar la calidad de gestión. Lo he hecho siempre, cuando fui intendente de mi ciudad, siempre permanentemente estamos generando renovaciones», manifestó Bordet en diálogo con Canal Nueve Litoral.
De las declaraciones brindadas, lo que más hizo ruido sin dudas fue el cuestionamiento hacia la permanencia de funcionarios durante largos períodos: «La Constitución de la Provincia establece que el gobernador puede ejercer su mandato durante 8 años, no más de eso, y está muy bien, yo estoy muy de acuerdo con que así sea. Ahora, también es muy bueno que los funcionarios no estén más de 8 años. No podemos tener funcionarios que están hace 8, 10, 14 o 16 años: ya está».
Este “ya está”, los que lo escucharon lo interpretaron como un claro “basta, esto no da para más” proveniente del gobernador.
Más allá de que varios de los que vienen hace más de una década sentados en el sillón sostienen que las manifestaciones se aplican de aquí para adelante, es decir, aplican el principio de irretroactividad, si Bordet decidiera cumplir a raja tablas, la nómina de los salientes se incrementaría notablemente, ya que son varios los funcionarios provinciales que actualmente prestan tareas en el gobierno y que fueron designados hasta en el primer período del mandato anterior.
Funcionarios que también son muy cuestionados porque en su década al frente de importantes áreas u organismos han utilizado la repartición como botín de guerra, que manejan presupuestos millonarios, y hasta han designado a casi toda su familia y/o amigos.
Áreas que asimismo son constantemente criticadas porque son conducidas por gente sin ningún tipo de preparación para tamaña empresa y que están enquistados en los sillones.
Llama la atención a muchos, y a lo mejor sea la crítica principal, el nivel de vida que se dan la gran mayoría de estos funcionarios con un muy buen pasar económico y considerables bienes materiales, que en nada se condicen con los sueldos que perciben por sus tareas, atribuyéndosele por parte de la militancia que durante todos estos años han hecho y hacen pingües negocios a costa del Estado.
Estas distintas situaciones, muy penosas para algunos, han provocado la ira y las reacciones no solo de la gente común, sino también de la militancia del Justicialismo que a la hora de ser convocada para trabajar en la campaña electoral, muy molestos, han respondido «que caminen los funcionarios atornillados y millonarios”, es más hasta a la hora de votar le dio la espalda a la dirigencia justicialista, viéndose el triste panorama reflejado en las urnas.
Un fracaso electoral que acongojó y mucho, porque que el peronismo pierda en el centro duele pero que lo haga en los barrios es humillante, lugares donde la gente tiene piso de tierra y ahora debe pagar hasta para ver el fútbol, sabiendo que así seria, igualmente eligió a Cambiemos y le dio la espalda al peronismo, habla a las claras de que el gobierno justicialista no los supo contener ni siquiera socialmente.
Indudablemente, con sus palabras, Bordet, con o sin intención, se hizo eco de los principales cuestionamientos que vienen desde adentro del peronismo como desde afuera.
Más allá de esto, lo cierto es que si Bordet llevara a la práctica su expresión, el número de salientes se quintuplicaría, es más, algunos dicen que hasta no se hubieran llevado a cabo varios de los nuevos nombramientos.
Nombramientos que tuvieron como consecuencia, aunque no se sabe si fue pensada, que se tapara y no se hablara más de la histórica derrota electoral que sufrió el peronismo en Entre Ríos.
