La senadora tuvo que salir corriendo de pleno centro de la ciudad por los insultos
Suplicas que se hacen virales y amenazas de escraches personales a quienes levanten la mano.
Sin dudas el panorama que se está viviendo en el país no tiene ningún precedente, nunca se vio tanta sumisión en periodos democráticos de los gobernadores hacia el gobierno central.
Un gobierno que contó con el aval de casi 13 millones de los 40 millones de argentinos en el 2015, incrementando su hegemonía en las elecciones legislativas imponiéndose en las mayorías de las provincias, el justicialismo cuenta con mandato provincial.
Caso de la provincia de Entre Ríos, donde, a pesar de la provincialización de la elección y haberla diagramado bajo la imagen de Gustavo Bordet, Cambiemos logró un triunfo apabullante.
Más allá de la derrota, la cual no sorprendió a nadie, salvo en algunas ciudades donde el batacazo amarrillo se sintió muy fuerte, lo cierto es que hoy la hegemonía política e institucional en la provincia la tiene Cambiemos.
Una hegemonía que ha servido y sirve de excusa a la dirigencia entrerriana, más que dirigencia, a los funcionarios entrerrianos para apoyar o acompañar las medidas impulsadas por el Gobierno Nacional.
Una excusa que, cual si fuera escrita y enviada como memo por Frigerio, es repetida y re contra repetida por quienes hoy ocupa una banca en el Congreso Nacional.
Y si el silencio ha provocado el gran malestar de las bases y militancia peronista que tuvo que salir a decirle al elector sobre los beneficios de votar por los candidatos a diputados nacionales de Bordet -como definió el comando electoral a los cinco integrantes de la nómina- frente a un gran ajuste que impulsaría el presidente Mauricio Macri una vez culminado el proceso electoral, las palabras de los legisladores justicialistas defendiendo la reforma previsional han agravado la situación puertas para adentro del peronismo entrerriano.
Se nota, se palpita en el aire, se huele la gran indignación y la ira contenida de los militantes peronistas con los diputados nacionales Mayda Cresto y Juan José Bahillo, y eso que aún ni se han sentado en su banca a manifestarse.
Un enojo, marcado con la gran decepción o desilusión, que si fue expresado para con los senadores nacionales Pedro Guastavito y Sigrid Kunath, siendo sin dudas esta última quien más insultos ha recibido.
Tal es el malestar contra la senadora que el pasado fin de semana tuvo que salir corriendo del centro frente a la cataratas de insultos y reproches que recibió por un grupo de personas que se encontraban en plena recorrida por la peatonal, algo que la legisladora intentó hacer junto a su marido, pero que le fue imposible debido al escrache público.
Escraches que prometen seguir, comentándose que un grupo de militantes de la seccional quinta donde habita la senadora nacional está planificando la colocación de pasacalles en las inmediaciones de su hogar repudiando y recordándole al resto de los vecinos que la misma votó a favor del ajuste de los jubilados.
Ejemplos todos ellos de que la reforma previsional puso a los legisladores nacionales del PJ están en la mira de todos los militantes y referentes del justicialismo entrerriano.
La explicación es conocida sin embargo nunca está de más repasar: los jubilados, pensionados y demás beneficiarios de prestaciones sociales representan el sector de los argentinos más presentes en las medidas y políticas de protección en los gobiernos de Juan Domingo Perón del cual Eva Duarte de Perón fue su abanderada.
Por ello, a la militancia peronista y a los referentes hoy se sienten indignados, con bronca y decepción, pareciéndoles increíble y hasta intolerable que diputados afiliados y representantes del justicialismo acompañen medidas como estas.
Y, como si fuera poco, tengan que escuchar de aquellos argumentos del tipo “si votamos en contra la reforma Macri no manda más plata a la provincia”, dejándolos no solo a los propios legisladores como serviles sino lo que es peor al gobernador.
Frente a este panorama, hace unos días las distintas redes sociales conformadas por militantes y referentes del justicialismo se han visto colmadas de mensajes y postes pidiéndole, algunos con tono de súplica, a los diputados nacionales peronistas que no voten la reforma previsional.
Exigencias que parecen ser dirigidas solamente a los recientemente ingresados Mayda Cresto y Juan Josè Bahillo, ya que tanto Julio Solanas como Juan Manuel Huss, han adelantado su voto negativo.
La primera, a lo mejor por ser la única mujer justicialista que representa a la provincia en el Congreso, ha sido la más solicitada en cuanto al voto en contra, desde hace varios días viene recibiendo pedidos sobre todo de sus compañeras peronistas para que acompañe en esta a los jubilados y no levante la mano.
El último de los pedidos que trascendió hubiera hecho llorar a cualquier nieta orgullosa ya que en la misma le recordaban a su abuelo, el reconocido Don Enrique Tomas Cresto, gobernador de la provincia, le decían que no traicione su legado y a los desamparados y le recordaban el cariño y respeto que le tenían.
Un mensaje muy emotivo y que fue respondido por la propia Cresto, viralizandose el mismo: “Si fuera tan fácil compañeras, pero estoy absolutamente condicionada por el gobernador, si no la votamos, deja de recibir los fondos nacionales y en 6 meses me dice que no puede pagar los sueldos a los empleados, policías, docentes. Recorrí la provincia repitiendo se viene el ajuste, se vienen estas reformas, no me creyeron, perdimos, los entrerrianos le dieron su voto de confianza a Macri. Y ahora Macri lo condiciona a Bordet y al resto de los gobernadores. Dependemos de este gobierno centralista y neoliberal. Con que gusto votaría en contra!! Pero hundo a todos los entrerrianos. En esa situación estoy compañeras, no le deseo a nadie estar en mi lugar. Cómo me hubiera gustado tener un gobernador como Rodriguez Saa que siempre defendió la autonomía de su provincia y hoy puede hacer lo que se le dé la gana!! Les agradezco sus mensajes, me siento para la mierda”.
Más allá de estas exigencias, lo cierto es que aunque los cuatro legisladores nacionales justicialistas esta noche voten en contra, la reforma previsional obtendrá la media sanción que le falta y se convertirá en ley.
Una estrategia más beneficiosa hubiera sido organizar la tropa justicialista en el Congreso para no dar quórum, algo que hubiera obligado al gobierno nacional a insistir en otra oportunidad para el tratamiento, medida que seguramente hubiera posicionado mejor a las provincias frente al poder central.
Igualmente otra es la historia y, aunque los peronistas entrerrianos no levanten la mano, con el culo hoy acompañan la reforma previsional.
