Llama profundamente la atención que el máximo representante de la Iglesia católica de Paraná haya concedido una entrevista al dueño de una FM socialmente desacreditado; quien ha hecho de la injuria y de la difamación la característica de un programa radial que se parece mas a una cloaca que a una emisión.
Rubén Almará se caracteriza por el lenguaje procáz y obsceno que usa. Lo cual es un agravio para la sociedad paranaense, no tiene reparos ni escrúpulos de ninguna naturaleza para atacar a personas, familiares, vida privada e íntima, algunas instituciones, entre ellas a la misma Iglesia Católica (muchas veces ha atacado despiadadamente a sacerdotes, puntualizando supuestas perversiones sexuales señalando que esa conducta comprometía a la iglesia).
Llama poderosamente la atención que ese lenguaraz insolente recurra a la Iglesia buscando seguramente protección o amparo para sus fechorías.
Pero también llama la atención que el Obispo Maullión le haya concedido una audiencia, y que se haya publicitado por la prensa a ésta persona abyepta y despreciable.
Llama la atención que Monseñor haya distraído su valioso tiempo para recepcionar a éste sujeto detestable; quien haciendo un alarde de desfachatez habla de que están en crisis todos los valores humanos y cristianos. Quizás en otra boca esa afirmación sería razonable pero no en éste transgresor grosero, barato e insolente que a través de su micrófono de RADIO LA VOZ utiliza las expresiones mas denigrantes y soeces impropias para un medio de difusión, que violentando todas las disposiciones legales de radiodifusión usa esas expresiones cargadas de bajezas y mala intención.
Llama poderosamente la atención que la Iglesia que es una institución que brega por la moral, la ética y los valores espirituales lo haya recibido.
Y dejamos planteado un interrogante: ¿Será la contra prestación de la autoridad espiritual por las ayudas económicas brindadas por el gobierno provincial y que recientemente el Gobernador Busti personalmente llevo un cheque para contribuir a la refacción de la Iglesia Catedral?
No hay otra explicación que justifique este encuentro entre quien representa la dignidad cristiana y este indigno que al decir del Evangelio de ayer quiere aparecer con piel de cordero y es una raza de víboras.
Todo Paraná conoce quien es RUBÉN ALMARÁ: mentiroso, fabulador, charlatán, dañino, miserable que ha hecho de la infamia y la mentira la razón de ser en el área comunicacional.
Esa porquería moral no debió ser recibido nunca por un alto prelado quien ha comprometido el prestigio y el respeto que la Iglesia merece.
