El gobernador no consultó con el intendente la determinación que puso a consideración del presidente para dar marcha atrás con las habilitaciones que se otorgaron hasta ahora.
En una reunión virtual con el presidente de la nación, Alberto Fernández, y con otros gobernadores, el mandatario entrerriano, Gustavo Bordet, planteó la posibilidad de que la ciudad de Paraná retorne a la Fase 1 de aislamiento por la pandemia del coronavirus.
Eso significaría retrotraer todas las habilitaciones que se otorgaron hasta el momento para la reapertura de comercios, bares, industrias, gimnasios, y demás actividades.
Sin embargo, cabe preguntarse cuántos contagios se han producido dentro de esos lugares, en los que, generalmente, se cumplen estrictos protocolos, ya que ninguno de los privados tiene intención ni puede permitirse tener que volver a cerrar.
En cambio, sí se escucha que hay casos positivos en las oficinas de la administración pública y en los hospitales, que vienen denunciando desde el comienzo de la pandemia la falta de insumos de protección personal.
Paraná volvería a la Fase 1 porque, según dijo el gobernador en la reunión con el intendente, “en la capital de la provincia, el 70,66 por ciento del total de las camas UTI está siendo ocupada, con lo cual nos enciende varias luces de alerta. Necesitamos estabilizar el números de casos y que no nos colapse el sistema sanitario».
Tras más de 150 días de aislamiento, esas declaraciones sinceran el rotundo fracaso de las políticas sanitarias de esta gestión, no solo en lo que respecta a la pandemia, sino también en lo referente al sistema sanitario en general.
La medida desnuda la incapacidad de las autoridades del gobierno provincial de establecer y llevar adelante los controles necesarios, de tomar decisiones acertadas a tiempo para detener el avance del virus.
Además, quedan en evidencia las contradicciones y las peleas entre el gobernador y el intendente, Adán Bahl, que no quiere regresar a la Fase 1.
De todos modos, Bordet no consultó con el presidente municipal de Paraná cuáles podrían ser las medidas a tomar, como sí ha hecho con otros intendentes.
Desde que se decretó el aislamiento, el presidente de la nación establecía las medidas a seguir, con la libertad de que cada gobernador pudiera decidir. A su vez, los mandatarios provinciales autorizaban a los intendentes a disponer medidas para sus ciudades.
Hoy, mientras que Bahl no quiere volver a la fase 1, Bordet le pidió al presidente que se retrotraigan las habilitaciones, para “que no colapse el sistema sanitario”.
En todo este tiempo, el gobernador se desentendió de la situación en la capital provincial y dejó todas las decisiones y medidas en manos del intendente y de la ministra de Salud, Sonia Velázquez.
En otras palabras, y como ya dijo el ex vicegobernador José Eduardo Lauritto, “a Bordet le importa todo un huevo”, nunca se hizo cargo de la emergencia sanitaria y ahora queda en evidencia el paupérrimo manejo que se tuvo con respecto al virus en la capital provincial.
Ahora se confirmó la versión que ya circulaba en las últimas horas y la ciudad de Paraná, la capital política de la provincia, volvería a la Fase 1.
Esto demuestra que la relación entre Bordet y Bahl no solo es mala, sino que ni siquiera existe.
La medida genera una explosión en la ciudad de Paraná, el gobernador tira una molotov debajo del sillón del intendente, le pone una bomba a la gestión.
Vuelve a la Fase 1 la capital provincial, donde tienen sede los ministerios, la Justicia, los organismos descentralizados, el Iosper, donde viven el gobernador y todos los funcionarios que llegan desde diferentes lugares de la provincia, como los ex gobernadores Jorge Busti y Sergio Urribarri, que se quedaron con todas sus familias.
A pesar de las determinaciones que se tomen, volver a la Fase 1 no eliminará el virus en Paraná. El sistema de salud no existe, no hay infraestructura ni insumos, el gobierno provincial ha fracasado (y con esto lo sincera) en sus políticas sanitarias.
Hay que preguntar a las autoridades del hospital de La Baxada, donde hacen los hisopados e internan a los pacientes positivos, qué comunicación tienen con las autoridades de la provincia: el gobernador, la ministra de Salud, la secretaria de Salud.
La respuesta es nula: no les atienden el teléfono.
Desde el comienzo de la pandemia, personal sanitario reclaman infraestructura e insumos, pero no les atienden los teléfonos, por la simple razón de que las autoridades no pueden dar respuestas a los reclamos.
Hoy la salida más cómoda es volver a la Fase 1.
No solamente se vuelve por la imposibilidad de las autoridades de dar respuestas a los reclamos del sector de salud, por la falta de políticas sanitarias, de un sistema de salud acorde para enfrentar esta situación.
Se vuelve a la Fase 1 también producto de una pelea, de una feroz interna política entre el gobernador Gustavo Bordet y el intendente Adán Bahl.
Desde el comienzo de la pandemia, se preveía que el sistema sanitario provincial no estaba preparado para afrontar el pico de casos positivos.
Hoy eso se concreta, los hospitales ya están colapsando, no solo por el coronavirus, sino también por los enfermos con otras patologías que necesitan tratamiento hospitalario.
En la provincia, ya lo anticipaba este Portal, hay solo 60 respiradores disponibles. Hoy los casos de coronavirus en la capital provincial son más de 1400 y, si bien no todos requieren internación, los respiradores comienzan a ocuparse, también por los otros enfermos.
Por la pandemia y el manejo que se hizo de ella están en juego los cargos de las autoridades provinciales y de salud, pero el gobernador Bordet no quiere que la situación erosione los vestigios de poder de mando que le queda.
A estas alturas, las autoridades no saben cómo detener los contagios, pero el problema no son los comercios, los bares, sino que queda en evidencia el fracaso de la gestión del tema sanitario de parte de esta administración.
La provincia no estaba preparada para afrontar esta situación y hoy queda demostrado, con un sistema de salud que comienza a colapsar. Bordet quiere evitar pagar el costo político y por ello se desliga y deja todo en manos del intendente Bahl y del presidente Fernández.

4 comentarios
Se terminó la obra pública para recaudar, y hay que buscar otras formas de llenar los bolsos. Y la que aparece como más evidente, es la de inflar hasta el hartazgo y extender sin límite esta plandemia, hasta que se pueda concretar el negocio multibillonario de las vacunas. Si la cortan ahora, se termina el negocio. Son decenas de millones de dosis, una papita. La joda es que nos van a querer meter cualquier porquería, con tal de hacer caja. Resultado: negocios quebrados, gente en la miseria, enjaulada, con el tejido social y familiar roto, enfermos, deprimidos, mientras los sátrapas se relamen anticipando cuántos kilos de verdes les va a tocar. HDP; toda la clase política, es cómplice, por acción u omisión, y la tendrán que pagar cuando el grueso de la gente se dé cuenta del plan macabro que le han impuesto.
y Paritaria cero para los trabajadores,
Hay que matarlo a Bahl porque en 2023 Parana vuelve a tener un gobernador!!!
Las actividades físicas, que onda?