EDITORIAL PROGRAMA
Tildaron de haragán y fracasado a Héctor Alanis, que llegaría con el único objetivo de apretar a los intendentes.
Siguen las polémicas por la designación del ex vicegobernador de la provincia Héctor Alanis en la nueva Secretaría de Estado provincial. Una designación que a nadie escapa, y menos al bustismo, fue realizada por Urribarri para quebrar a ese sector en el Departamento Paraná.
Al principio hubo algunas reacciones, como la del senador Santiago Gaitán, o de algunas agrupaciones del PJ vinculadas a ese sector, pero quizás las que más retumbaron fueron las expresiones de Jorge Busti con respecto a la designación de Alanis, en forma irónica: «Si trabajara…», haciendo alusión a su poca adhesión al trabajo.
Indudablemente Busti habla como si lo conociera profundamente, no hay que olvidarse que Alanis fue su compañero de fórmula de 1995 a 1999.
Lejos de preocuparle al bustismo la estrategia del gobierno de designar a Alanis como una herramienta para aglutinar al peronismo en su totalidad: afiliados, dirigentes e intendentes no solamente detrás de Urribarri y Kirchner, sino ponerlos también en contra de Jorge Busti.
Para la Corriente Evita, definen a Alanis como uno de los dirigentes mas sectarios, excluyentes y con celulares cerrados, lo cual le provocó que a pesar de haber sido funcionario del gobierno, diputado provincial y vicegobernador de la provincia haya perdido por paliza en las últimas elecciones internas ante un dirigente sin trayectoria en cargos electivos como Santiago Gaitán.
Indudablemente estas definiciones del bustismo de haragán y fracasado para Alanis van a tener cola, principalmente en un departamento como el de Paraná donde en poco tiempo más comenzará la guerra y donde dicen que Alanis cumpliría la función de apriete a los intendentes.
Como dijera un filósofo: “Gracias a la memoria, se da en los hombres lo que se llama experiencia”.
Ricardo David.
