Desde los pasillos del Ejecutivo sostienen que tanto el vicegobernador como el ministro actuaron de forma inconsulta con respecto al impuesto rural y al conflicto con este sector, la medida habría sido elevada cuando ya estaba todo cocinado.
Profundo malestar causó en sectores del gobierno la decisión tomada por el vicegobernador Eduardo Lauritto y el ministro de economía Diego Valiero, luego de la reunión de ayer con los sectores rurales encabezados por los representantes de la mesa de enlace Alfredo De Ángeli y Juan Echeverría, donde se acordó suspender el aumento del impuesto inmobiliario rural. Esto habría sido tomado en el seno del gobierno como una actitud inconsulta, que lo dejaba muy mal parado, y como un gesto de debilidad ante la menor presión.
Es más, el día anterior Urribarri había contratado sendas solicitadas de páginas completas en los diarios (nada baratas), anunciando el cobro de este impuesto rural y su destino, aduciendo que de esta manera se cumplía con el Artículo 43 de la Constitución, que especifica que deben pagar más los que más tienen, además de explicar que es Justo, porque permite una justa distribución de la riqueza.
Inclusive, según trascendidos, cientos de militantes encolumnados con Urribarri estuvieron repartiendo volantes para explicar por qué debía aplicarse este incremento del impuesto, por lo que la actitud de los funcionarios Lauritto y Valiero dejó contrariado al gobierno en su primer postura. Ya que es evidente, según las versiones, que en ningún momento el gobernador había dado la directiva para que se tome tal iniciativa.
Todo esto habría ocurrido en el momento de la manifestación de los ruralistas frente a Casa de Gobierno, cuando la dirigencia de este sector encabezada por De Ángeli y Echeverría fueron recibidos por legisladores y luego se sentaron con el vicegobernador Lauritto y el ministro de economía Diego Valiero, en la cual se habría tomado esta decisión, haciendo parecer que no había otra salida del conflicto, y no teniendo en cuenta que dejaban desairada la firme posición tomada por el gobierno.
Porque si había algo en lo que Urribarri había insistido era en la necesidad de que se apruebe el aumento al impuesto rural. Por lo tanto era impensado que pudiera ceder ante la primera presión.
Según los mentideros políticos de Casa de Gobierno, el enojo con ambos funcionarios sería muy grande. Inclusive parecería que desde ayer el gobernador tenía un viaje programado junto a Lauritto hacia Buenos Aires, donde iban a mantener una reunión con la Cancillería, junto al intendente de Concepción del Uruguay y varios funcionarios provinciales, para tratar el tema del dragado del río Uruguay.
Según ciertas versiones, este viaje estaba programado para que los mandatarios fueran juntos en avión, pero sorpresivamente, hoy el vicegobernador partió solo hacia la capital argentina, y en el auto oficial.
Calentura de aquéllas con Lauritto y Valiero por parte de allegados al gobernador por esta decisión inconsulta, dejando ciertas dudas sobre a qué o a quién respondía la toma de semejante decisión.
Un impuesto que costó sacar de la Legislatura para que fuera convertido en ley.
Como dijera un filósofo: “Lo más difícil de ganar puede ser lo más fácil de perder”.
Ricardo David.
