“Ya han agotado su capacidad de sorpresa y se contentan con la administración de la cosa pública; no me sorprende nada del peronismo, hoy un juramento y mañana una traición como dice el tango”.
“Complica que Busti sea encabece la lista de diputados nacionales si no ocupamos el rol que tenemos que ocupar, el peronismo hace su juego, genera sus anticuerpos, y tiene ductilidad”.
“La de Halle es una gestión que continúa una gestión peronista, si nosotros hubiéramos sido gobierno en lugar de Solanas capaz que no volvíamos por 20 años. Hay que decir que el peronismo no ha dejado una buena sensación en el manejo de la cosa pública”.
“Tenemos que aprovechar este tiempo para formar los cuadros y la propuesta electoral, recuperar el cariño de la gente, para no creer eso de que somos designados divinos y que la gente no nos entiende, hay que pedir disculpas aun por lo que hizo otro, el pueblo muchas veces nos dio el voto y espera que nos pongamos de pie”.
“Desde el peronismo hay soberbia y a la gente no le agrada. No están educados para ser oposición, cuando lo hacen es una oposición casi salvaje, lo que les importa es que los que están en el gobierno se vayan escupiendo sangre y lo han demostrado”.
“El gremialismo ocupa un lugar muy importante, muchas veces la mayoría de manera táctica a favor del peronismo, y la concentración poblacional en Buenos Aires, donde hay cerca de 14 millones de hermanos nuestros, muchos bajo la línea de pobreza, es un diagnóstico a tener en cuenta a la hora no de ganar las elecciones solamente, porque ese es el primer paso”.
“En este país hay que ganar las elecciones y gobernar. Y para gobernarlo hay que establecer un esquema de poder y tocar los intereses que no tocó nadie desde 1983. Hay que armar una agenda de discusión política propia. No podemos estar discutiendo lo que dice Urribarri o la presidenta, sino que hay que instalar la agenda pública que el peronismo no quiere”.
“Hay que hablar sobre el sistema financiero que sigue siendo el único que no ha perdido nada y ha saqueado a la gente, de una política de distribución sobre la base de una política impositiva distinta no donde paga más el que menos tiene, de la captura de los recursos naturales, de una nueva ley de radiodifusión para que haya democracia en el país. Son temas fundamentales y son los que el gobierno de la presidenta Kirchner no quiere discutir, entonces el radicalismo debe hacerlo”.
“La gente coincide en la necesidad de que haya partido, oposición y un radicalismo fuerte y de ahí salir a la conversación. Lo que debe valer es la decisión de un congreso que en tiempo y forma analice las cosas, si no, no habremos aprendido la lección”.
