25 años de democracia.
No deseamos que a los gobernantes les vaya mal, no creemos en la teoría que cuando peor, mejor; al fin y al cabo antes que dirigentes políticos, somos ciudadanos de Paraná.
No se puede tapar el sol con las manos: la ciudad está destruida y paralizada.
Ausencia total en el mantenimiento de las calles, algunas prácticamente intransitables. La desacertada decisión técnica de cómo poner en marcha la nueva planta potabilizadora, no garantizaran el normal suministro de agua a la población y dejan la sensación de haberse desaprovechado tamaña inversión. El tránsito colapsado, sin que se haya tomado una sola medida al respecto, el transporte público es una de las grandes deudas de la dirigencia política para con los vecinos y que fuera además el gran debate en la última campaña, la única novedad que hubo al respecto fue un nuevo aumento que pagaron los trabajadores y estudiantes. Los paseos públicos en un estado de total abandono que nos avergüenza frente a los circunstanciales turistas.
Todo esto actuando bajo una Ordenanza de emergencia económica que se dicto con la excusa de frenar el gasto y muestra como logro ser el gobierno municipal con más designaciones en cargos políticos en lo que va de la Democracia, y en breve el Consejo Deliberante deberá tratar una Ordenanza restringiendo adicionales de los empleados, para cubrir estos desfasajes. Esperando, claro esta, que la solución final no sea un nuevo aumento de tasas.
Advertimos a si mismo una perdida de esfuerzo enorme en actuar como ordenador de la crisis económica y social en la ciudad, persiguiendo artesanos y vendedores ambulantes como un tema central, y debatiendo de manera desordenada y sin tener en cuenta a todos los actores y protagonistas en el tema del tratamiento de la basura.
Un año es un tiempo más que prudente para decir lo que muchos ciudadanos de Paraná quieren que digamos y para permitir que un gobierno pueda demostrar a qué vino o para qué se hizo votar.
No admitimos la excusa de la herencia recibida, son dos gestiones justicialistas que se sucedieron, y que en definitiva ambas no han resuelto los problemas estructurales y lo que es mucho peor, han deteriorado la prestación de los servicios más elementales que tiene como obligación brindar el Estado Municipal.