Reunión de Urribarri con senadores del PJ.
La vedette fue el senador Raúl Taleb cuando exponía sobre su dilatada carrera política; ante los bostezos de los demás, el gobernador ni lerdo ni perezoso hizo un guiño y uno de los custodios gritó: «A comer, ya está el asado».
Una reunión que se realizó en la casa del gobernador, que comenzó a las nueve de la noche y se prolongó hasta altas horas de la madrugada, en la que no faltó nada salvo el agua mineral.
Urribarri, gran conocedor del paño, para distender, los abarajó expresando «Mi relación con Busti va mejorando, estamos hablando todos los días», algo que cayó muy bien en los legisladores.
Hubo planteos y reproches, como los del senador Osvaldo Chesini de Gualeguaychú, que le recriminó por manejarse únicamente con los intendentes despreciándolos a ellos; a lo que Urribarri respondió que lo había hecho porque ellos eran los únicos que estuvieron a favor del gobierno durante el conflicto del campo.
Hernán Vittulo planteó que solamente la relación que mantenía con el intendente de Gualeguay no alcanzaba, dejando en claro el enfrentamiento que mantiene con Luis Erro; y Santiago Gaitán expresó que se avecina un año electoral y hay que ir con la frente alta a buscar los votos, y en esta situación era complicado ya que las encuestas los estaban dando muy atrás a los Kirchner, ante un Urribarri que dijo que la situación iba a cambiar y que iba a impartir las órdenes a sus funcionarios para que se manejen con los legisladores en sus respectivos departamentos.
Y que sobre la situación electoral tienen tiempo, porque hay cifradas esperanzas de que las medidas anunciadas por el gobierno den sus resultados.
Además de expresar confiado que la dirigencia rural en Entre Ríos ha perdido el apoyo popular.
Una reunión bien al estilo bustista, de la cual nunca se sale triste, aunque después que se cumpla es otra cosa, según se escuchó decir.
Pero sin lugar a dudas, la vedette de la reunión fue el senador por Diamante, el licenciado Raúl Taleb, que se puso al centro de la misma, hablando de los hombres importantes de la política de la provincia, mencionando a Busti, Urribarri y a él mismo, expresando «Yo lo digo porque fui diputado, fui embajador en Cuba, fui presidente de la Región Centro, soy la tercera autoridad en la provincia, fui convencional»; y cuando todos comenzaron a bostezar, Urribarri, viendo que se tornó pesada la noche, ni lerdo ni perezoso, hizo un guiño a uno de los milicos que estaba haciendo el asado, y éste, rápido de reflejos pegó el grito «A comer, que ya está el asado», provocando el desbande y cortando abruptamente la alocución de su dilatada carrera política al senador que estaba haciendo gala de tantos cargos importantes.
En definitiva, como decía un filósofo, el zorro cambia de piel, pero no de hábitos.
