“En Paraná consumimos el doble de los promedios internacionales, y si queremos ver los resultados de las obras, hay que tomar conciencia y no derrochar”, dijo el Subsecretario de Saneamiento Municipal.
“No tenemos el mismo nivel de zozobra de otros municipios, que es producto de años de desinversión. Este año hicimos una serie de acciones en el invierno que nos permiten tener una situación totalmente distinta, no en los niveles deseados, pero mejor que años anteriores”.
“A la noche el agua llega normalmente, quien tiene tanque no se da cuenta, el problema se da en los barrios carenciados que quieren hacer uso del agua y no pueden”.
“Hay indicadores reales como la reserva en las dos plantas, hay un 70% más de producción, y tenemos dos centros distribuidores en la zona este de la ciudad, que nos han permitido ahorrar más agua para trabajar mejor en el centro. Estamos con un sistema de presión de 17 metros de altura, los niveles de reserva son los de invierno, y se llega a más lugares”.
“Falta terminar uno de los centros de distribución, ubicado en la zona del Ejército, y estamos solicitando a la empresa constructora que lo transfiera para poder utilizarlo. Se va a usar precariamente porque tiene un caudal importante para poder llegar a esos sectores que nos cuestan”.
“Tenemos buena producción y estamos manejando el esquema de distribución y en algunos sectores de la ciudad hemos mejorado al 100%”.
“Tenemos algunos problemas en la zona Oeste de la ciudad, Bº Mercantil, Padre Kolbe, Anacleto Medina Sur, Paraná XVI, La Floresta, Antártida Argentina, Balbi; cuando logremos usar el Centro de Distribución Ejército se van a solucionar”.
“En la zona del Cementerio hay que hacer nuevas conexiones para superar la dificultad. Estamos aumentando la presión pero no se nota porque hay mayor consumo. Nosotros tenemos agua para estos sectores pero nos cuesta llegar porque nos hace falta cañería que tiene que pasar todo el centro de la ciudad”.
“En Lola Mora y Gazzano se está trabajando muy bien, sometimos a un trabajo de sobrepresión para no se produjeran roturas en forma permanente. En Blas Parera cerca de la nueva planta se rompió una cañería de 300 mm que ya estamos reparando”.
“Los sábados son días de lavado de vereda, para generar el hábito y que no se derroche el agua potable en higiene y lavados de vehículos”.
