“Se establecieron horarios razonables, sin unanimidad pero consensuados con las cámaras representativas de los establecimientos; se intenta imponer una nueva costumbre, pero no es una medida autoritaria para cortar el entretenimiento o la actividad de los establecimientos”, dijo el Secretario Legal y Administrativo de la Municipalidad.
“Durante las dos semanas que antecedieron se dio publicidad a la norma y hoy comienza a entrar en vigencia y es aplicable. El año pasado hemos tenido situaciones de denuncias respecto de una suerte de exceso en el funcionamiento de establecimientos en la zona de los clubes Recreativo, Talleres, en el Puerto, y lo que terminó explotando fue calle Corrientes porque se produjo una concentración de 7 bares que han revolucionado la zona, en el sentido que no permiten la normal convivencia entre quienes explotan los lugares, los que asisten y los vecinos”.
“Hay establecimientos que se han instalado en zonas residenciales con un objeto. Para poner un bar o restaurante en calle Corrientes se da la habilitación porque las condiciones están dadas y no provoca inconvenientes. Pero en la explotación ya no es un bar sino que es un boliche”.
“Los inconvenientes surgen no sólo por la habilitación, las inversiones en acústica, los horarios, estacionamientos, sino también otro tipo de movimiento para los que la zona no está preparada ni delimitada. En el club Recreativo, lo que hubo fue un exceso, ya que los clubes tienen dos días al mes para hacer fiestas y había cuatro. Los bares y pubs se habilitaban como una cosa y funcionaban como otra, y esto derivó en que se legisle el horario como una forma de facilitar la convivencia”.
“No se puede discutir la posibilidad o la necesidad de regular y establecer un orden. Un lunes, martes o miércoles cerrar a las 2 de la mañana resulta razonable y sucede en cualquier lugar del país. Un viernes o sábado también, si un bar funciona hasta las 4 como tal está bien. Si quieren otra actividad que habiliten como otra actividad”.
“El horario es hasta las 3 en zonas residenciales, y en las de uso comercial y turístico 3.30 con media hora de tolerancia. Respecto de las dos cámaras había un consenso, no es que hubo unanimidad pero fue un consenso que nos legitimó para dictar la normativa. Lo demás será un proceso de adaptación, se intenta imponer una nueva costumbre, pero no es una medida autoritaria para cortar el entretenimiento o la actividad de los establecimientos”.
