El síndrome Catamarca.
La tarea se la encomendó a José “Chiche” Caporale y a Marcos Rodríguez Allende, la sede se inauguró con un duro discurso de Busti hacia el oficialismo, en el mismo instante en que se conocían los resultados en Catamarca.
Parece que el síndrome de Catamarca está haciendo estragos dentro del PJ.
Ayer la Corriente Evita que lidera Jorge Busti inauguró una casa frente a la sede del PJ en calle 9 de Julio, que antes presidía el mismo Busti, y que por enfrentarse al gobierno con el tema del campo lo hicieron renunciar.
Hoy, llamativamente se inaugura una casa frente al Partido Justicialista, y desde sus ventanas el titular del Consejo Provincial José Cáceres y el titular del Consejo Departamental Gustavo Osuna observaban el despliegue de la agrupación bustista.
Un Cáceres que estaría muy molesto, ya que le habrían creado desde el bustismo un comedor comunitario en el barrio Belgrano, que es su territorio, y lo mismo habría hecho Fabián Ríos, con esta intromisión provocándole un fuerte enojo con amenazas el día viernes.
Tarea que fue encomendada a José «Chiche» Caporale y a Marcos Rodríguez Allende, referentes de la mesa en Paraná. El primero mantiene una dura interna con el otro secretario del ex gobernador Fabián Ríos (Licop), pero esto es otra historia.
Indudablemente un mensaje claro de este sector político, no solamente con la instalación de esta casa frente a la sede partidaria, sino también con el discurso de Busti, muy duro con el oficialismo, diciendo que van por caminos equivocados y que no escuchan a la gente. A esta altura de la tarde ya se conocían algunos resultados de la elección de Catamarca que golpeaban muy fuerte al kirchnerismo y aliados.
Tomando distancia también del gobierno de Urribarri, según se comenta, ya por la mañana del domingo el ex gobernador con encuestas habría hablado con varios de sus referentes provinciales y les habría informado de la decisión política que iba a tomar.
El síndrome de Catamarca golpeó feo, y el PJ antikirchnerista en la provincia saca pecho, y además daría la impresión de que nadie quiere quedar pegado.
Un filósofo decía, «un peligro previsto, está en mitad suprimido».
Ricardo David.
