La crisis del sector productivo, pilar fundamental de la economía provincial, trajo al centro de la escena política y pública la cuestión federal así como la carencia de políticas para recuperar recursos en un territorio que produce y genera lo suficiente como para ver satisfechas las demandas elementales de todos los entrerrianos.
El gobernador se ha equivocado en su devoción para con el gobierno central, actitud que lo ha llevado a resignar la lucha por los intereses entrerrianos, ha caído de rodillas ante el matrimonio presidencial en el afán de conseguir la dádiva de una obra. Esto no puede esconder el perverso proceso de subordinación pasiva ante los caprichos del matrimonio presidencial, y no justifica la claudicación de la responsabilidad política de pelear por los recursos entrerrianos.
Los resultados están a la vista: Hospitales y escuelas en colapso, un déficit habitacional vergonzoso, los docentes y trabajadores estatales reclamando recomposiciones salariales, la infraestructura para la producción en veremos, ninguna obra transformadora de la realidad social y económica de la provincia, el bochorno de los vaivenes y la demagogia de los dirigentes políticos del peronismo y un gobernador autista son parte del semblante de la Entre Ríos de hoy.
La vocación discrecional del gobierno provincial también se refleja en el manejo de los recursos por mil millones de pesos que se supone obtuvo de la Nación por el Fondo de Reparación Histórica, que no es justamente un modelo de claridad y transparencia.
Mil seiscientos millones más fueron anunciados este año; nada de eso se ha visto materializado en inversión para el desarrollo productivo y social. Sólo unas pocas obras decididas quién sabe con qué criterio. No hay certezas sobre cuánto es lo que efectivamente se ha puesto a disposición de la provincia ni como ésta lo ha ejecutado, en qué magnitud lo ha hecho y cómo se llevan adelante los mecanismos institucionales para decidir su aplicación.
No sea cosa que se rememoren situaciones como la de Skanska, Puerto Ibicuy, los caminos de la producción de Busti, el enriquecimiento de algún nuevo Yedro, mientras el pueblo entrerriano sufre una crisis provocada por sus gobernantes.
La sociedad condenará a través de las elecciones el despilfarro de recursos, las oportunidades desaprovechadas, la propensión al conflicto y enfrentamiento y la discrecionalidad de un modelo corrupto y autoritario de poder. Nuestro triunfo en las elecciones legislativas, es garantía de que vamos a cuidar que los dineros entrerrianos estén en manos y al servicio de los entrerrianos y no de una facción que los utilice para su propio provecho.
Luis Fernando Kirpach
Presidente del Congreso Partidario
Unión Cívica Radical
