EDITORIAL PROGRAMA “DE FRENTE”
Bastó con que ayer se nombrará a Allende como uno de los dirigentes con peor imagen, según lo definen desde el mismo PJ (y ni hablar los Radicales) e incluso que se dijera que hay quienes llegan a calificarlo de “impresentable”, por lo cual lo habían desplazado como interlocutor del Gobierno en el tema de la Reforma.
Estos comentarios ejercieron una fuerte presión sobre Allende, y este, ayer empujó para que lo convoquen y lo sienten a la mesa de consenso legislativo sobre la Reforma de la Constitución, y de esta manera se blanquee su situación.
Un Allende que se ubicó en la cabecera de la mesa junto a Rubén Villaverde (UCR), Osvaldo Fernández (UCR), Oscar Grilli (ex Nuevo Espacio) y hasta el representante del Diputado Radical Horacio Giorgio.
Un Allende socio del actual Senador (y Diputado electo) Hugo Berthet en varios emprendimientos privados.
De aquel Berthet que, irónicamente en reuniones chiquitas, lo bautizara como José “medicamento” Allende, debido a algunos negocios de este en el IOSPER. Mutual que siempre estuvo a cargo del Diputado Allende junto a su gremio UPCN. Aunque a veces ocurría que Berthet se desbordaba y repetía el sobrenombre de su invención en uno u otro medio de comunicación.
El Doctor Giorgio no se hizo presente y mandó a su representante a la mesa de consenso, porque viajo a Federación para despedir los restos de la madre del Presidente de la Cámara de Diputados, Orlando Engelmann.
Es esta una actitud que no sorprende de parte del Diputado Giorgio. Los memoriosos de la política recordaran que es común observarle conductas similares, porque siempre se ha acordado de la madre de Busti, de la madre de Yedro, de Cresto, de Rossi, Mori, y Allende, entre muchos otros. Especialmente cuando él se refería a temas de corrupción, pobreza y otras yerbas.
Pero más allá de los vaivenes y el coqueteo de algunos Legisladores, hay que esperar hasta el 16 de Mayo para ver si votan por la Reforma. Tal como ansiosamente lo espera el oficialismo actual.
En definitiva, como dijera aquel filosofó: «Todo hombre es sincero a solas, en cuanto aparece una segunda persona, aparece la hipocresía»
Ricardo David.