Un escándalo que se repite tres veces en un lapso de apenas 4 años.
Todo empezó en el 2003 cuando Rubén Villaverde era Ministro de Acción Social en el último gobierno de Montiel. Durante su gestión sucedió un hecho de gran repercusión: se quemaron los galpones de Bajada Grande lleno de alimentos.
En ese momento, muy cerca de unas elecciones, Villaverde era candidato a Diputado Provincial y Varisco postulante a Intendente. Luego del siniestro, desde el PJ se dijo que los galpones habían sido quemado vacíos y que los alimentos habían sido sacados por Villaverde y Varisco para utilizarlos en la Campaña.
Un par de años después en otra gestión, algo similar sucedió en el mismo Ministerio. Esta vez era Graciela Degani quien estaba al frente de Acción Social cuando se compraron y luego quemaron alimentos vencidos.
Ahora, se da otra quema. Aunque esta vez se trata de medicamentos o evidencia. Y quien está como responsable del área de Salud Pública es Gustavo Bordet.
Es llamativa esta costumbre de que las cosas se quemen. Especialmente si se repite tres veces en apenas cuatro años.
Se incendiaron alimentos, medicamentos y evidencias. La cuestión es que todo desapareció.
¿Puede verse esto como una terrible causalidad? ¿O acaso, es consecuencia de la necesidad?