Soñez realizó una dura crítica al proyecto de Reggiardo que propone prohibir la venta de tierras a extranjeros no residentes. “La desconexión teórica y lógica entre la propuesta de Reggiardo y sus argumentos no puede ser más completa”, empieza el texto.
“La desconexión teórica y lógica entre la propuesta de Reggiardo y sus argumentos no puede ser más completa. No cuestiono la buena intención del autor del proyecto, pero qué tienen que ver los que llama pules de siembra, qué tiene que ver el capitalismo agrario y las empresas más dinámicas de ese sector con la propiedad de la tierra. El amigo Reggiardo lo «aclara». Porque pagan alquileres muy altos por las tierras cosa que no pueden hacer los pequeños. Pero lo que nuestro ingenuo convencional no nos explica es por qué están dispuestos a pagar alquileres tan altos, cómo tampoco nos dice por qué los propietarios de tierra pueden cobrarlos. La respuesta es muy simple. Porque la tasa de ganancia esperable del capitalismo rural en la condiciones actuales del mercado mundial es, aún con altos alquileres, más alta que la tasa media de ganancia del capital social”.
“Como todos deberíamos saber, el cobrar un alquiler por un bien natural escaso que ha sido monopolizado, como la tierra, es exactamente lo mismo que cobrar un impuesto privado. Este impuesto se llama renta de la tierra y es una barrera a la producción capitalista. La renta de la tierra es parasitaria. ¿Cómo distingue Reggiardo a los parasitos nacionales de los invasores?
A quíen defiende, al pequeño propietario de tierra, que la puede alquilar cada vez más cara a los «malditos» pules de siembra, o al pequeño productor que debe alquilar tierra. ¿Por qué imagina que si el propietario es argentino se la va alquilar más barata al pequeño productor?”.
“Escuchen lo que dice Marx, que no era afiliado al Partido Socialista, sino fundador del Socialismo Científico: «La circunstancia de que el arrendatario podría valorizar su capital a la ganancia habitual si no abonase renta, no es en modo alguno razón para que el dueño de la tierra preste gratuitamente su tierra al arrendatario, y que tenga frente a este colega comercial una actitud tán filantrópica como para instaurar el crédit gratuit.»
“Si bien la extranjerización es una cuestión de debate, el problema principal no es la nacionalidad de dueño de la tierra sino la propiedad privada de la misma. Los privados de ella, es decir la mayoría absoluta de los argentinos bien fritos estaríamos si el Estado no interviniese por medio de las retenciones para impedir que el sector agrícola se apropie a través de su ganancia extraordinaria de la riqueza social, de la producción, del trabajo del resto de los argentinos”.
“Las muy bien instrumentadas retenciones móviles tienden a nivelar la tasa de ganancia del capital social, es decir la tasa entre las diferentes ramas de la producción. Si esto no fuera así cada vez existiría más apropiación de renta monopólica y extraordinaria, y los argentinos no podrían comer a la vez que cerraría todo el resto del sistema productivo nacional. La tendencia al incremento del precio de los alimentos es estructural. Esto es lo que hay que ver y ésto, como el más lento puedo comprender no es producto de que los extranjeros compran tierra, sino de que compran alimentos, cada vez más”.