“El martes vamos a escuchar las distintas situaciones, y se les va a pedir a los comerciantes de bares que tienen música toda la noche, un esfuerzo si quieren una extensión en el horario, y ser muy rigurosos con ellos mismos; quien tiene que trabajar al otro día tiene derecho como el comerciante, y desde el Estado municipal queremos ampararlos a ambos”, dijo la secretaria de Gobierno de la Municipalidad.
“A propósito de la posibilidad de flexibilizar hay que ver dos cosas: hay bares que están enclavados en determinados lugares de la ciudad que están rodeados de casas, en esos casos es más difícil extender el horario, en cambio no es tan difícil en aquellos lugares en que los vecinos están habituados a tener locales bailables o que no están rodeados de casas”.
“Hay una reunión el próximo 20 en la que se van a escuchar las distintas situaciones, y también se les va a pedir a los bares que tienen música toda la noche, un esfuerzo especial a los comerciantes que si quieren tener una extensión en el horario, van a tener que adecuarse y ser muy rigurosos con ellos mismos con respecto a los decibeles. Porque es razonable que los vecinos sean escuchados, porque quien tiene que trabajar al otro día también tiene derecho como lo tiene el comerciante a ejercer su actividad, y desde el Estado municipal queremos ampararlo también”.
“Tenemos que acostumbrarnos a que Paraná es una ciudad que ofrece puntos de atención y que todos somos dueños del espacio público. Cuando había vecinos que decían que les molestaban los chicos, las tribus urbanas, el intendente Halle y los funcionarios dijimos que los chicos tenían derecho de estar allí. Lo que hay que hacer es trabajar con los chicos para que no haya ruidos que molesten a los vecinos o expendio de bebidas alcohólicas en la tarde del viernes. El equilibrio se logró, los chicos siguen estando, y a su vez logramos que los decibeles de la música no sean tan altos y que en vez de tomar alcohol se tome mate o una gaseosa”.
“En el tema del parque, no estamos en contra de que los chicos se junten en el parque. Hay que buscar el equilibrio para que la juntada en el parque no se transforme en veinte autos con la música a todo volumen, o en autos en los que se expenden bebidas alcohólicas, como nos ha pasado. Estos son los límites que tenemos que colaborar para poner”.
“Yo confío mucho en la sensatez de los jóvenes, en el sentido de que si se les pide algo, ellos lo van a aceptar, como se aceptaron las reglas de convivencia en la peatonal. Con el parque podemos lograrlo si trabajamos entre todos, los medios, los papás, los propios jóvenes que en su gran mayoría son maduros y saben aceptar que hay normas de convivencia. Se trata de derechos, fijarnos hasta donde podemos ejercerlos sin molestar a los demás”.
“Lo que se espera cuando se dicta o se recuerda la vigencia de una norma es que todos la incorporemos racionalmente”.
