Viva Entre Ríos.
VER.
La regla, el arquetipo del matrimonio gobernante es recaudar, cobrar, obligar a tributar y, como venimos sosteniendo, lo hace en base a incautar gran parte de la renta al sector del campo, al agrario, al cárnico, en definitiva a las economías regionales, al país del interior, con el cual se topó.
• Su sistema de controlar todo tipo de protesta en base a la dádiva y a los anuncios, controlar a los intendentes y gobiernos provinciales a gusto y paladar, sin política redistributiva, para mantener acallada la protesta se terminó en la Argentina. Se agotó el modelo del gobierno nacional.
• No hay clases. Los docentes continúan con su reclamo salarial y por mejoras en las condiciones de las escuelas. En los hospitales públicos no hay insumos y los salarios son magros. Las rutas del interior del país (de ese “país profundo”) se colman de productores rurales asfixiados por la sequía y la rapiña: las retenciones. Aquellos que parecían haber desaparecido, seducidos quizás por un gobierno que los usó para embanderar silogismos, hoy regresan. No alcanza la dádiva, no basta el plan social porque la canasta familiar dista de poder saldarse con los números que el INDEC oferta sin que se le demande siquiera.
• En este contexto, acaba de llegar la “primicia”: las elecciones se anticipan. El matrimonio presidencial, con este marco interno y con la crisis mundial, no llega al término de su mandato. Entonces, lograron volver a estampar la impronta del “estilo K” en su manera de decidir por todos los demás.
• Pero hay otras lecturas: la segunda mitad del año depara una economía aún más compleja y ajustes en municipios y provincias para atenuarla que implican costos demasiado altos para asumirlos en medio de un clima de comicios. Si hoy los Kirchner están diezmados, en siete meses más, en este escenario, estarían liquidados. Así las cosas, se comprende mejor otro atropello institucional, esta vez a modo de manotazo de ahogado adelantando calendarios electorales.
• Por otra parte, la jugada les permite cambiar la agenda. En un instante el campo, la inseguridad, el conflicto docente, la renuncia del Fiscal Manuel Garrido, impedido de investigar al entorno presidencial enlodado hasta las manos, etc., pasan a un segundo plano en el debate nacional. En pocas horas envejecieron los diarios de la Argentina.
• Hoy podemos decir cabalmente que esto significa nada, absolutamente nada para el país. Es pura verborragia que muchos aplaudieron o aplauden todavía porque simula ser espontánea. En ese vacío de significados y significantes, la Primer Mandataria puede discursear todos los días sin alterar un ápice el contenido de sus oratorias. El Estado que se propone protagonista, está ausente. Ni salud, ni educación ni seguridad. Y es que el Estado pasó a ser sinónimo de Gobierno y Gobierno de “caja”.
• La idea es la reflexión y que de ella surjan alternativas. Hoy la Argentina está descontrolada. No se trata de la crisis económica internacional que, desde luego, aporta lo suyo, ni de las ideologías tan vapuleadas, depende de toda la clase dirigente (política, gremial, empresarial, religiosa), de toda la comunidad que depositará su voto el próximo 28 de junio en esta querida patria argentina, dejando de lado mezquindades, proponiendo posturas enaltecedoras, como método para superar esta década de profunda desigualdad.
• No estamos de acuerdo con que se modifiquen los actos constitucionales a gusto y paladar del oficialismo, haciendo leyes a su medida y semejanza, pero también es una gran oportunidad para diseñar una nueva Argentina, mejor en lo jurídico, mejor en la calidad institucional, mejor en políticas de estado y en la redistribución de la riqueza, hacia el campo y los pueblos del interior que producen, bajar el IVA para mejorar el bolsillo de los trabajadores, corregir el INDEC para tener una canasta familiar digna y no mentirosa, ese es el gran desafío.
Aníbal José Vergara
Apoderado
