En una elección que se ha nacionalizado, y por lo tanto complicado, el justicialismo ve que en la provincia sus principales enemigos están adentro y no afuera.
Según trascendió, la salida de estos partidos disidentes es buscar la derrota del peronismo en la provincia restándole votos.
Mientras presiona fuertemente para encolumnar a todo el PJ detrás de la lista que encabezan Barrandeguy y Cremer, inclusive a aquellos que se fueron y conformaron la lista 100 en 2007, por otro lado se le produce una sangría importante que quizás en otras circunstancias no le hubiera afectado, pero en las actuales hay que sumar hasta las chirolas.
Lo de Maya como lo de Alasino desvela al oficialismo, porque tanto uno como otro han encolumnado detrás de sí a dirigentes y cuadros del PJ, y no así a sectores independientes u otros sectores, los que le dividirían a la Coalición Cívica (UCR – Benedetti).
Maya lo ha hecho con el ex intendente de Santa Elena Domingo Daniel Rossi, es conocido que los votos que aporte Rossi van a ser netamente PJ, los mismos que obtenga Maya en Gualeguaychú, en Victoria, Gualeguay, Colón o el resto de la provincia.
Un Maya que en los últimos días se ha encargado de atacar abiertamente al corazón de la lista del PJ cuestionando a Cristina Cremer como candidata testimonial, y al gobierno de usar el Estado en función de la campaña, algo que también le criticaban a él cuando era candidato a gobernador en 1999.
Lo mismo que Alasino, hoy cerca del 9% de votos en Concordia, algo similar a lo que estaría haciendo en el resto de la provincia, inclusive en el departamento Paraná.
Esto estaría causando honda preocupación en el PJ que no sabe como contrarrestar esta situación, sosteniendo que tanto Maya como Alasino tienen una sola finalidad que es presentarse para que el peronismo pierda, y terminan siendo funcionales a la coalición entre la UCR que encabeza Benedetti con el apoyo de Carrió.
Un filósofo decía: “Hay que juzgar al hombre según su infierno”.
