Ninguno de los dos se baja para favorecer al otro.
Por otro lado, Busti llamó a los dip Allende y Cáceres, que ofician de interlocutores entre el gobernador y él, muy caliente para decirles que ahora se la iban a tener que aguantar por la operación que le habían hecho.
Mientras más se habla en los mentideros del PJ sobre la posibilidad de un acercamiento entre Urribarri y Busti para acordar el sistema electoral en la provincia. Si se va a mantener la fecha de marzo para las elecciones en la provincia, según lo fija la ley, y por lo tanto en noviembre se deberían realizar las internas partidarias ya que en diciembre o enero sería complicado por las fiestas de fin de año y las vacaciones.
Si se va seguir avanzando con el proyecto de Ley de Lemas provincial o bien el sistema de Neo Lemas y los dos candidatos justicialistas, Urribarri y Busti, podrían ir directamente a una elección general, pero con boletas peronistas. Como fue implementado en Santa Fe en la última elección donde compitieron Rossi y Reutemann.
Sin embargo, la relación entre ellos no sólo es cada día más distante, sino que es de tono bélico. Es más, Urribarri ha expresado de forma tajante, en algunas reuniones con los intendentes de su sector, que él habla con todos, menos con el presidente de la Cámara de Diputados Jorge Busti y el “Gorila” Jourdán.
Pero como si esto fuera poco, para dar una muestra más no sólo de la falta de diálogo sino de la mala relación que existe entre ambos, la semana pasada Busti llamó a los diputados Allende y Cáceres, que ofician de interlocutores entre el gobernador y él, muy caliente (según comentaron estos dos últimos) para mostrarles los comunicados firmados por Alanís y su agrupación política “Misión Peronista” y en la forma que lo atacaban. Recriminándoles que habían perdido todos los códigos y que “por esta operación ahora se las tienen que aguantar”, les habría dicho en tono amenazante; dando a entender que no iba a haber diálogo, ni acuerdo y que se las iba a cobrar.
Es más, a las pocas horas Alanís cayó en desgracia, aunque según dicen hubo complicidad de una alta funcionaria provincial, que mantiene una mala relación con el ex vicegobernador de la provincia.
Dejando más que claro que el acercamiento de ambos no existe, y que ninguno de los dos se va a bajar de sus aspiraciones para favorecer al otro.
Aunque el gobernador con una clara estrategia no la ha hecho pública.
Lo que resta saber es si Busti va por afuera o si Urribarri le va a dar la posibilidad de que él y Busti vayan a las elecciones con boletas separadas y los símbolos del PJ. Algo que según comentan los más cercanos al gobernador, éste lo ha descartado totalmente de plano.
En definitiva, como dijo un filósofo: «La prosperidad hace amistades, y la adversidad las prueba”.
