Aguantará el mano a mano.
Según comentan, los genes políticos lo harían jugar con el que le dé más o el que esté mejor posicionado en el momento de decidir; el bustismo apuesta a esto último.
Más allá de las evasivas y desmentidas lógicas y entendibles, el intendente Adrián Fuertes, fue tentado con el cargo de ministro de Acción Social de la Provincia, como publicamos en nuestro Portal el 23/03/10.
Pero he aquí el dilema: el intendente Fuertes teme sufrir el síndrome de Heyde. Aquel que fue electo como intendente de Federal en 1987 cuando Busti asumió por primera vez como gobernador y que dejó su cargo para asumir como presidente del Banco de Entre Ríos. Según comentan en los mentideros del PJ, Heyde era caudillo del justicialismo en esa localidad, pero este renunciamiento le habría costado su carrera política, ya que el pueblo nunca le perdonó que haya dejado la intendencia.
Fuertes teme que a él le ocurra lo mismo, aunque hay otros hechos similares pero en el orden nacional, como Sergio Massa que pidió licencia como intendente de Tigre para asumir como Jefe de Gabinete de Cristina Fernández y luego volvió a su cargo anterior, sin ningún problema.
Nadie desconoce dentro del PJ a Carlos Fuertes (ya desaparecido) su habilidad política y su cintura para zafar de situaciones complicadas.
Según comentan los mentideros, los genes políticos de un jefe territorial siempre lo van a hacer jugar con el que le dé más o el que esté mejor posicionado políticamente en el momento de tomar una decisión.
Sin lugar a dudas, este es un momento de urgencias políticas en la toma de decisiones, más allá que ningún referente territorial (en este caso Fuertes) regala nada.
Los que conocen la realidad dentro del PJ sostienen que los que pelean la provincia, tanto Urribarri como Busti, tampoco y saben de las necesidades.
Mientras Busti quiere enfriar el partido y pasar las elecciones para octubre del año que viene, para que la estructura no le juegue en contra; Urribarri conociendo el paño exige definiciones ya.
